Una frase que dijo Matt Gaetz, el hombre que será el fiscal de Donald Trump, ha hecho pensar que Estados Unidos podría tener unas cárceles al estilo Nayib Bukele. La dijo en julio cuando visitó el famoso Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) que levantó el mandatario de El Salvador y que tiene capacidad para albergar a más de 40.000 presos, la mayoría pandilleros, en un país que después de haber estado arrodillado frente al hampa, prácticamente acabó con el crimen. “Hay mucha más disciplina en esta prisión que la que vemos en muchas prisiones de Estados Unidos”, dijo admirado.
CNN asegura que una vez sea posesionado como fiscal, Gaetz podrá incidir en hacer un giro para que las cárceles de Estados Unidos tengan esa mano dura. El medio recuerda que Gaetz le dijo a la revista Time que consideraba a Bukele un “espíritu afín”. Y que esa visita de julio se produjo apenas un mes después de que Gaetz, Donald Trump Jr. y otros viajaran a la segunda toma de posesión de Bukele.
“A través de la inspiración de la asombrosa transformación de El Salvador, el gran rejuvenecimiento estadounidense también puede convertirse en realidad, de modo que podamos experimentar un regreso triunfal de la seguridad y la prosperidad que una vez inspiramos en otros”, dijo antes de ser nombrado.
La llegada de Gaetz a ese cargo ha sido muy comentada. Con solo 42 años, este congresista por Florida, que es tildado por algunos de ser de extrema derecha radical, ejercerá una enorme influencia en el Ejecutivo que el ganador de las elecciones presidenciales está poniendo en marcha.
Su nombramiento el miércoles, anunciado directamente por Trump en su red Truth Social, causó un gran revuelo porque los demócratas e incluso parte de los republicanos que no lo quieren. El magnate ha disipado cualquier duda sobre cuál será su misión: acabar con la “instrumentalización” del poder judicial.
Durante años, el líder republicano ha afirmado ser víctima de una “caza de brujas” orquestada por un poder judicial politizado, según él.
Hasta hace poco, Gaetz era relativamente desconocido para la opinión pública, al menos por su labor parlamentaria. Se volvió célebre en octubre de 2023, cuando consiguió echar al entonces presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. Gaetz fue el hombre que presentó la moción de censura que llevó a la destitución del presidente de la Cámara.
Un hecho político sin precedentes en el Capitolio. Para dar el golpe, Gaetz reunió a un reducido número de congresistas del ala más radical del Partido Republicano. Políticamente hablando es contrario al derecho al aborto, abiertamente escéptico del clima y defensor del lobby de las armas; es decir, abraza prácticamente varias de las posiciones de la derecha estadounidense más extrema.
Antes de este episodio en la Cámara, su nombre se había asociado a menudo con asuntos poco halagüeños. Se le acusó de mantener una relación sexual con una menor de edad. Él lo negó y dijo ser víctima del establishment. Es un argumento al que suele recurrir este hombre, reconocible por sus trajes pulcros, su sonrisa hollywoodiense y su pelo impecablemente peinado.
Múltiples acusaciones
“Soy el hombre más perseguido por las investigaciones en el Congreso de Estados Unidos”, declaró en su día el congresista, una frase directamente inspirada en la retórica de Trump, de quien es uno de sus más fieles lugartenientes. Previamente había colgado en las redes sociales un fotomontaje de su cráneo rodeado de una quincena de armas de fuego.
Se le acusó de posible malversación de fondos públicos, cargo que desencadenó una investigación del comité de ética de la Cámara de Representantes. También de consumo de drogas ilegales, conducción bajo los efectos del alcohol y otros abusos incompatibles con la probidad que normalmente se espera de un congresista. Y, sin embargo, como jefe del Departamento de Justicia supervisará el FBI, los fiscales federales, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), el servicio penitenciario y el servicio encargado de localizar a los fugitivos y la agencia antidroga (DEA).
Es hijo de un político que llegó a presidir el Senado de Florida. En su juventud vivió en la casa que sirvió de escenario a la película The Truman Show, dirigida por Peter Weir y estrenada en 1998.
*Con información de la AFP.