El Vaticano ha revelado que esta semana, en el marco de un encuentro con seminaristas en la ciudad de Roma, el papa Francisco, con su particular y directo estilo de hablar, se refirió a uno de los principales problemas de la iglesia y de la comunidad laica que se mantiene en silencio, pero que es necesario abordar para ser conscientes de este y combatirlo en los casos en los que se ha convertido en un peligroso vicio: la pornografía.

En su intervención ante los sacerdotes en formación, el papa Francisco se refirió al peligro que para la iglesia representa la pornografía, más aún, si se tiene en cuenta que con el avance de la tecnología, esta se ha apoderado del internet, y ahora está al alcance de un clic.

Sobre el particular, el papa Francisco aceptó que el consumo de esta clase de contenido, es un “vicio” que ataca a muchas personas en el mundo, advirtiendo que de ello no han estado excluidos los miembros de las comunidades religiosas; haciendo referencia a sacerdotes y monjas.

Frente a ello, el papa advirtió que la pornografía es un riesgo, señalando que “el diablo entra por ahí”, advirtiendo que dicha situación no solo se refiere al consumo de la llamada ‘pornografía criminal’, haciendo referencia a contenidos de aberraciones como el abuso a menores, sino también a la que denominó “pornografía normal”.

“Queridos hermanos, tened cuidado con ello”, advirtió el pontífice, refiriendo que en el caso del consumo de la pornografía que refleja aberraciones, ello ya se trataría de degeneración.

Así, el papa también advirtió a los aspirantes al sacerdocio que “el corazón puro, el que recibe a Jesús cada día, no puede recibir esta pornografía”, y les habló francamente y sin tapujos advirtiendo que él sabe que muchos de esos materiales, que ahora están más al alcance de cualquier persona gracias a las tecnologías, permanecen en los teléfonos móviles, por lo que les llamó a ‘eliminarlo’, pidiendo que “no tengan la tentación a mano”.

Sobre la pornografía, el papa añadió que es un vicio que ‘debilita el alma’, señalando que no es de su gusto hablar tan explícitamente sobre esa realidad, pero que se ha visto abocado a ello debido a que es consciente de que es una realidad de la que no están exentos los religiosos.

Al referirse a los religiosos, el papa advirtió que no es un tema que atañe solo a los hombres, señalando que, así como las mujeres laicas también se ven atrapadas por el lamentable vicio de la pornografía, es consciente de que este también puede tentar a las monjas y novicias en camino a ser ordenadas.

De igual modo, en su intervención ante el grupo de seminaristas, el papa también se refirió tangencialmente a otro de los lunares que, por acción de un sector de los religiosos, ha manchado a la iglesia: la pederastia, situación que ya ha condenado en ocasiones anteriores el pontífice.

No obstante, en este caso, el papa se refirió al tema para pedir a los futuros sacerdotes que no se cohíban de brindar amor a su feligresía por el temor a ser señalados de conductas indebidas.

En ese sentido, medios internacionales han citado una frase del pontífice en el que este pide que se siga brindando amor de forma correcta a los niños, y que los sacerdotes se quiten de su cabeza las posibles acusaciones, señalando que la sociedad necesita amor, haciendo especial énfasis también en los adultos mayores, sobre quienes precisó que “los ancianos necesitan caricias”.

Además de los peligros de índole sexual sobre los que el papa quiso advertir a los seminaristas, este también se refirió al arribismo como otro de los ‘pecados’ a abolir de la iglesia.

“Un arribista es un traidor, no es un sirviente”, afirmó el máximo jerarca de la Iglesia católica en su intervención.

En esta, el papa también afirmó que se encuentra triste por la situación actual de guerra que se libra en el mundo, advirtiendo que es una situación que golpea de forma muy grave a la iglesia, la cual “como una madre, sufre ante las guerras porque las guerras son la destrucción de los niños”.

Aunque se mostró solidario con las víctimas, frente a un escenario de guerra, el papa también explicó que es necesario orar por los victimarios, advirtiendo que “los agresores, son más víctimas como ustedes”.

En ese sentido, el religioso explicó que la oración por los violentos debe estar enfocada en pedir por su conversión.