El recién elegido presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, recibió una cantidad récord de donaciones anónimas a grupos externos que los respaldaban, lo que significa que nunca se sabrá a ciencia cierta quién lo ayudó a ganar la Presidencia.
Según cifras reveladas por medios estadounidenses, la campaña de Biden recibió US$145 millones en donaciones del llamado “dinero oscuro”, una práctica común en la política y que los demócratas han criticado durante años.
Estos US$145 millones ingresaron a los US$1.500 millones que recaudó Biden, una cifra récord para un candidato a la Presidencia de ese país.
Esta cifra contrasta con los US$28,4 millones que recibió su contendiente, el expresidente Donald Trump. Además, supera el récord anterior de donaciones anónimas de US$113 millones, que recibió el entonces candidato republicano Mitt Romney en 2012.
En repetidas ocasiones, los demócratas han mostrado su intención de prohibir el “dinero oscuro”, ya que permite respaldar discretamente a un candidato sin el escrutinio del público. Sin embargo, en la elección de 2020 no tuvieron problema con esta práctica.
Por ejemplo, “Priorities USA Action Fund, el supercomité de acción política (Super PAC) que Biden designó como su vehículo preferido para el gasto externo, utilizó 26 millones de dólares en fondos originalmente donados a su brazo sin fines de lucro, llamado Priorities USA, para respaldar a Biden. Los donantes de ese dinero no tienen que ser revelados”, reveló Bloomberg.
“No íbamos a desarmarnos unilateralmente contra Trump y las fuerzas de la derecha que lo han permitido”, dijo Guy Cecil, el presidente de Priorities USA, en un comunicado.
Un portavoz de Biden no respondió a los intentos de buscar comentarios por parte de Bloomberg.
Sin embargo, hay que recordar que la campaña de Biden pidió que se prohibiera a algunas organizaciones sin ánimo de lucro gastar dinero para influir en las elecciones y que se exigiera a cualquier organización que gastara más de US$10.000 registrarse en la FEC.
La campaña de Biden recaudó más de US$1.000 millones, entre los cuales se encontraban más de US$318 millones de donantes que dieron menos de US$200 cada uno. El resto provino de donantes con capacidad de dar hasta US$825.000.
Se debe agregar que el “dinero oscuro” no es la mayor fuente de financiación de las campañas en Estados Unidos. Los donantes más ricos pueden entregar más de US$10.000.000, y los comités conjuntos de recaudación hasta US$830.000.
En Estados Unidos, los donantes quieren evitar la divulgación de sus donaciones, por lo que entregan los recursos a organizaciones políticas sin ánimo de lucro. También pueden entregar dinero a oenegés que le entreguen los recursos a un Super PAC.
Y es que esto preocupa a un gran número de reformistas, pues los grandes donantes anónimos tendrán el mismo acceso a los responsables de la toma de decisiones que aquellos cuyos nombres han sido revelados.
“El objetivo del dinero oscuro es evitar la divulgación pública mientras se obtiene crédito privado”, le dijo a Bloomberg Meredith McGehee, directora ejecutiva de Issue One, que aboga por reducir la influencia del dinero en la política.
De manera general, los demócratas recibieron US$326 millones en “dinero oscuro”, según el Center for Responsive Politics. Eso fue más del doble de los US$148 millones que apoyaron a los grupos republicanos.
La avalancha de “dinero oscuro” para los demócratas y los grupos progresistas ha complicado su esfuerzo por reformar el sistema.
Para el senador Sheldon Whitehouse, demócrata de Rhode Island, el “dinero oscuro” ha ayudado a los republicanos para que bloqueen la legislación para hacer frente al cambio climático.