A Olivia Maunder, una joven de Hampshire, Reino Unido, le pronosticaron pocos meses, en medio de una agonía que su familia califica como “indescriptible”. La adolescente continúa aferrándose a la vida, misma de la cual tanto ella como sus allegados se cuestionan si en este momento hubiese sido diferente con un tratamiento a tiempo.
La niña inglesa batalla ahora contra el sarcoma de Ewing, un tipo inusual de cáncer que ataca los tejidos blancos y huesos. Según explica Mayo Clinic, este generalmente se manifiesta en la zona pélvica o en las piernas, aunque puede encontrarse en otras áreas. Además, es más frecuente que lo padezcan niños y adolescentes, sin que haya un condicionante a la edad.
Pero esa enfermedad no fue percibida por el equipo médico que la atendió en un principio, pues inicialmente los dolores que la aquejaban recibieron como respuesta el Síndrome de Dolor Regional Complejo, conocido también como CRPS. La Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos indica, entre sus características: un dolor acompañado de rigidez, inflamación y ardor que suele afectar las extremidades.
Un diagnóstico tardío
En el caso de Maunder no era CRPS el causante de su padecimiento, pero ello no quedó evidenciado en una resonancia que le practicaron hace dos años. Como alternativa adicional para tratar sus dolencias, la familia de la joven aseguró que les habían recomendado inclinarse a una ‘aplicación de atención plena’.
Con el paso del tiempo y el aumento de una afección ‘incesante’, tanto la británica como sus papás empezaron a dudar de si realmente tenía el Síndrome de Dolor Regional Complejo o si el problema era mucho mayor y no lo sabían. “Les dijimos a los médicos muchas veces cuánto dolor tenía”, dijo la mamá de la joven, Carol Rolfe, según Daily Mail.
“El cáncer se había extendido a sus pulmones, lo que redujo sus posibilidades de supervivencia. Pasó 11 meses en el hospital, 14 rondas de quimioterapia en el hospital de Southampton, 3 meses de terapia (…) y una cantidad terrible de dolor e infecciones”, señaló su hermana, Victoria Maunder, en la página para recaudar fondos GoFundMe.
En medio de la desesperación por no saber qué paso seguir, se ordenó practicarle una segunda resonancia, cuyo resultado fue contundente: la menor tenía un tumor, pero su progreso estaba en tal punto que la intervención quirúrgica ya no era una salida. “Cuando los médicos dijeron que habían encontrado un tumor en mi pelvis, se sintió como una experiencia extracorpórea. Estaba en shock”, confesó Olivia, en lo reseñado por ese medio.
Se empezó un proceso legal
A raíz del diagnóstico tardío que tiene a la niña al borde de la muerte, su familia emprendió acciones legales contra el centro asistencial donde la habían valorado y llegado a una determinación ‘errada’. La molestia se incrementó al recordar que el hospital habría pasado ‘por alto’ los quejidos de Maunder como si ella hubiese estado ‘exagerando’.
Por su parte, el centro médico se refirió a lo sucedido y dijo que permanecía en contacto con ellos. “Lamentamos mucho la considerable angustia causada por el retraso en el diagnóstico del cáncer de Olivia y nos hemos reunido con Olivia y su familia para compartir los resultados de nuestra exhaustiva investigación”, fueron las palabras del director, Timothy Ho, reseñadas por Daily Mail.
Victoria Maunder creó la iniciativa de recaudación de fondos para entregarle a su hermana las ‘mejores’ últimas semanas e intentar, en la medida de lo posible, que lleve una vida como cualquier otra adolescente. “Como familia ha tenido un efecto masivo en nosotros. No sabemos cuánto tiempo nos queda con Olivia, pero sabemos que cada día cuenta”, dijo.