Airbus, la reconocida empresa dedicada a la fabricación de aviones, enfrenta sus horas más bajas. Una reciente investigación puso en evidencia las prácticas fraudulentas del gigante en campañas de venta en Colombia, China, Corea del Sur, Rusia, Nepal, Taiwán y Emiratos Árabes Unidos. Dentro de las irregularidades encontradas, están el uso de intermediarios ficticios y desembolsos para ofrecer regalos de lujo y viajes de placer. El estudio, efectuado por Francia, Estados Unidos y Reino Unido, obligó a la compañía a pagar 3.600 millones de euros a cambio de que se archivaran los casos. La investigación desembocó el viernes en un acuerdo que puso fin a las investigaciones, archivando el caso llevado a cabo conjuntamente por la Fiscalía Financiera Nacional francesa (PNF), la Oficina de Fraudes Graves británica (SFO) y el Departamento de Justicia estadounidense (DoJ). Los tres países lo llamaron la resolución de sobornos más grande del mundo hasta la fecha y festejaron su cooperación. Airbus también recibió de buena gana el acuerdo, ansioso por dar vuelta a una costosa y vergonzosa saga que afectó su reputación y provocó cambios de gerencia y normas.

Fiscales federales de Estados Unidos afirmaron que Airbus dirigió una campaña de corrupción durante años en todo el mundo, con sobornos y reportes de información falsa durante más de cinco años para obtener valiosas licencias para exportar tecnología militar estadounidense. Las autoridades francesas y británicas investigaban un presunto fraude y soborno relacionado con el uso por Airbus de asesores externos para vender aviones. Las autoridades de Estados Unidos también investigaban el cumplimiento de Airbus con las normas de tráfico de armas estadounidenses. Es en Francia donde el constructor europeo tendrá que pagar la suma más importante: 2.100 millones de euros, los cuales recibirá el Tesoro público en un plazo de diez días. En Francia, el PNF y la policía examinaron, principalmente, prácticas "de corrupción del agente público extranjero y de corrupción privada cometidas entre 2004 y 2016 con ocasión de contratos de venta de aviones civiles y de satélites". En 2014, Airbus cerró dos contratos con "la autoridad central china" sobre la venta a compañías de ese país de 13 aviones de pasillo único A320 y 27 del tipo A330, según el acuerdo. Para conseguirlos, el constructor europeo financió un fondo de cooperación con hasta 24,2 millones de euros entre 2012 y 2017. Parte de este se empleó "en beneficio de agentes de la administración y de dirigentes de compañías aéreas o de entidades públicas chinas que jugaban un papel en el proceso de compra", señalaron los investigadores. Prestaciones "discutibles" El constructor europeo también organizó, en beneficio de funcionarios chinos y de su entorno, "varios viajes por China y fuera de China compuestos principalmente, o incluso exclusivamente, de actividades de entretenimiento [...], además de regalos lujosos e invitaciones a varios acontecimientos". Asimismo, Airbus pagó "por medio de un contrato de compromiso ficticio con una empresa libanesa" 10,3 millones de euros a un intermediario comercial chino, una parte de los cuales "estaba destinada a agentes públicos chinos", según el acuerdo. En el centro de todo este entramado se encontraba una entidad de Airbus llamada Strategy and Marketing Organization (SMO), que gestionaba a los intermediarios. Desde entonces, la SMO fue disuelta.

En Corea del Sur, Airbus se comprometió a pagar 15 millones de dólares a un ex alto cargo de la aerolínea Korean Air, a cambio de la venta de 10 Airbus A330 entre 1996 y 2000. En Taiwán, el constructor pagó 7,5 millones de dólares a un intermediario y medio millón de dólares a otro por su intervención en la cesión de 20 A350 (la mitad en opción de venta) a la compañía China Airlines. Ahora bien, "sus contratos fueron firmados después de que se cerrara la campaña de venta y mencionan remuneraciones sustancialmente inferiores a las prometidas", advirtió la justicia. En Rusia, por la venta de dos satélites al operador público RSCC, Airbus contrató de forma retroactiva a un intermediario y le pagó 8,7 millones de dólares, aunque "la sede de [su] empresa no se pudo identificar, no había disponible ninguna cuenta financiera y su capacidad para proveer las prestaciones propuestas era discutible". Al final de la investigación, la Agencia Francesa Anticorrupción consideró que el programa de cumplimiento puesto en marcha por Airbus estaba "terminado", aunque el grupo tuvo que comprometerse a pagar los gastos de las auditorías de la AFA durante tres años. *Con información de AFP y AP