Stephen King, autor de aterradores bestsellers, explicó el martes ante un tribunal estadounidense sus temores sobre la creciente concentración en el sector editorial. El autor de libros como El resplandor o It testificó en Washington y se declaró en contra de la propuesta de fusión entre la editorial Simon & Schuster, con la que tiene contrato, y el gigante Penguin Random House, un acuerdo valorado en casi 2.200 millones de dólares.
El Gobierno estadounidense se opone a la creación de un gigante con “influencia desmesurada sobre los autores y las obras que se publican, además de la cantidad de dinero que se paga a los autores”, y ha pedido a Stephen King que sea su testigo estrella en el juicio.
Vestido con un traje gris y una corbata que reflejan la seriedad de la situación, el escritor de 75 años describió durante casi una hora la evolución del sector a lo largo de su dilatada carrera.
“Estoy aquí porque creo que la consolidación es mala para la competencia”, explicó.
El famoso escritor hizo una comparación basada en su larga trayectoria, en la que describió cómo era el negocio de la literatura en aquellos tiempos respecto a lo que la monopolización de las editoriales busca en el presente.
“Llevo unos 50 años en el sector del libro. Cuando empecé, había literalmente cientos de editoriales. Una a una fueron absorbidas por otras o cerraron el negocio”, afirmó King, quien añadió las dificultades que padecen los escritores del presente que cada vez tienen menos posibilidades de vivir del arte de escribir.
“En consecuencia, a los escritores les resulta cada vez más difícil encontrar dinero suficiente para vivir”, señaló el creador de El resplandor.
El testimonio de King ante la corte estadounidense se basó en las dificultades que tienen los autores menos conocidos para surgir con sus obras. Señaló a las cinco principales editoriales contribuir para cerrar aquellas editoriales de corte independiente.
Según argumentó el famoso escritor, las editoriales independientes sirven como ventana para que los autores novatos empiecen a tener visibilidad en la comunidad lectora.
En el centro de la discusión están los anticipos de recibos que las editoriales ofrecen a sus autores antes de que escriban sus obras. Los recién llegados no suelen tener derecho a ellas, pero en el caso de los escritores de éxito, las editoriales compiten y a veces se superan entre sí.
Stephen King confesó que su primer cheque, el cual recibió en el año 1974, fue por un valor de 2.500 dólares por Carrie, cuyas ventas se dispararon tras su adaptación cinematográfica. Tras un puñado de otros éxitos de ventas, entre ellos El resplandor, ofreció a su editor reservar sus tres siguientes libros a cambio de 2 millones de dólares. El editor se negó “con una carcajada”.
Stephen King se fue a la competencia y tuvo una serie de éxitos en la década de los 80 con editoriales conocidas, mientras seguía publicando algunos de sus libros para casas más confidenciales y menos rentables.
“He tenido la suerte de poder permitírmelo, de dejar de seguir mi cuenta bancaria, de seguir mi corazón”, dijo Stephen King, que ya se distinguió en 2012 por defender una mayor fiscalidad para los más ricos, incluida su propia riqueza.
Consciente de que es un privilegiado, lamentó que sus colegas trabajen en lo que llamó “un mundo difícil”. Al salir de la audiencia, mientras firmaba autógrafos, añadió que se encontraba muy preocupado ante la situación de sus colegas por cuenta de las actuales mecánicas de negocio.
Según indicaron medios locales, se prevé que el trascendental juicio para la industria editorial de Estados Unidos se extienda otras dos semanas.
*Con Información de la AFP.