El extraño caso de una mujer en Reino Unido, que no pudo orinar en 5 años, ha llamado la atención de millones de personas al rededor del mundo. La mujer fue identificada como Rachel Ingrim, de 31 años, quien luego del nacimiento de su segundo hijo en 2012, comenzó a notar que no podía orinar por más que tomara líquidos e intentara sacarlos del cuerpo.
Según recoge el medio local The Mirror, Ingrim siguió de esa manera por alrededor de tres años hasta que no pudo más y fue a urgencias, fue entonces, en 2015, cuando se le diagnosticó síndrome de Fowler, una enfermedad en el sistema urinario que no permite que se evacúe la orina.
Pues bien, el portal local Daily Star resaltó que, después del embarazo, la mujer mantuvo el estómago inflamado como si siguiera en gestación, y cuando fue diagnosticada también encontraron que su vejiga estaba cargando con dos litros de orina, al parecer, cuatro veces más de lo que es capaz de cargar normalmente el órgano.
“Me desperté un día y estaba en absoluta agonía. Parecía embarazada de seis meses. No podía orinar en absoluto. Finalmente, me diagnosticaron el síndrome de Fowler en abril de 2015″, afirmó la mujer, según recoge el medio citado.
La solución que le dieron a Ingrim para terminar con su “agonía” fue solamente que tratara de inducir las ganas de orinar escuchando el agua fluir, “abra el grifo”, afirma la joven en el medio citado, la instrucción del médico habría sido sentarse en el sanitario y abrir la llave del lavamanos o ducha, y concentrarse en evacuar la orina.
Entre tanto, en el hospital le ayudaron a drenar la orina que tenía estancada en su vejiga y según indicó The Mirror, tardaron cinco horas para poder desocupar el órgano. Pero después de esto y de la instrucción del médico, la mujer volvió a tener problemas para orinar, por lo que tuvo que someterse a una cirugía.
“Me habían hablado de ese período de tres años de diferentes cosas que podrían estar mal conmigo. Me dijeron que podría tener esclerosis múltiple, me dijeron que podrían ser problemas con mi columna vertebral, me hicieron todo tipo de pruebas”, recalcó la mujer para el medio citado.
Y agregó: “Cuando finalmente tuve la cita privada, recuerdo haber llorado. El médico me preguntó qué me pasaba y le dije que finalmente me sentía escuchada. Tener finalmente una respuesta fue un gran alivio que pude seguir adelante con mi vida”.
En 2015 a la mujer le colocaron un dispositivo en su cuerpo que ayudaba a controlar la orina, pero poco tiempo después se le desprendió, luego de que Ingrim sufriera una caída, por lo que volvió a tener problemas de retención. A partir de 2019, a la mujer le pusieron un catéter permanente para poder orinar y así ha sido como se ha mantenido hasta el momento.
“Inicialmente, después de la operación, los primeros seis meses fueron un infierno. Estaba tan mal que terminé con un coágulo de sangre en la pierna y múltiples infecciones de pecho diferentes, mi cuerpo estaba tan débil y agotado que no pensé que mejoraría”, recalcó Ingrim para el medio citado sobre las dolencias que sufrió en medio de su proceso.
Y agregó: “ahora, mi vida es completamente diferente: estoy de regreso en el trabajo y me he capacitado para ser asistente de enseñanza y comencé a ir al gimnasio. No me malinterpreten, no está completamente libre de problemas, y todavía tengo un bache extraño en el camino. Me ha devuelto la vida, no tenía vida, no quería estar aquí. No pensé que fuera justo para mi familia, pero ahora me han recuperado”.