En un llamado a silenciar las armas se concentró este domingo el papa Francisco, durante la celebración pascual, en la que fue crítico al señalar que “es escandaloso que los conflictos armados no cesan y los arsenales militares se refuerzan”. Esto, en medio de una pandemia que aún está en curso y que ha debido dejar lecciones a la humanidad.

Sin embargo, agregó el pontífice, “hay demasiadas guerras y demasiada violencia en el mundo”, incluso durante la pandemia, por lo que pidió a Dios “que nos ayude a superar la mortalidad de la guerra”.

Antes de la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), el papa Francisco se refirió a los más vulnerables, a los enfermos de covid-19, a los migrantes, a las personas que debido a la pandemia viven en la precariedad y las poblaciones que sufren las guerras.

En su duro mensaje, el jerarca de la iglesia católica enumeró algunos de los conflictos más devastadores en el mundo, como los de Siria, Yemen y Libia.

Tras sus aseveraciones, el pontífice pidió hacer cesar “el clamor de las armas en la querida y atormentada Siria, donde millones de personas viven actualmente en condiciones inhumanas, así como en Yemen, cuyas vicisitudes están rodeadas de un silencio ensordecedor y escandaloso, y en Libia, donde finalmente se vislumbra la salida a una década de contiendas y enfrentamientos sangrientos”.

Siempre polémico

Jorge Bergolio, quien desde que asumió el papado se ha caracterizado por enviar mensajes críticos e inesperados, se refirió además a los birmanos, territorio en el que hace dos meses se produjo un golpe de Estado y los militares reprimen con sangre las protestas, “están comprometidos con la democracia, haciendo oír su voz de forma pacífica”.

El Papa Francisco. Foto: Giuseppe Lami / Foto de Pool vía AP. | Foto: ANSA

En su intervención, el papa pidió a la comunidad internacional ayudar al “pueblo libanés, que atraviesa un período de dificultades e incertidumbres” y que “israelíes y palestinos vuelvan a encontrar la fuerza del diálogo para alcanzar una solución estable”, insistiendo en una solución con dos Estados independientes.

En su mensaje, el papa elogió “el camino de pacificación que ha emprendido” Irak, donde estuvo en marzo en una visita histórica, y fustigó “la violencia interna y el terrorismo internacional” en el Sahel y en Nigeria. También pidió la liberación de los prisioneros en los conflictos de Ucrania y Nagorno Karabaj.

Los mensajes fueron pronunciados desde una basílica de San Pedro, con muy pocos asistentes, debido a la pandemia que azota al mundo.

Al igual que en el 2020, lo que normalmente es presenciado en vivo por decenas de miles de miles de fieles en el Vaticano, una vez más fue escaso en presencialidad.

Las restricciones contra el covid-19 en Italia, un de los países más afectados por el virus, con más de 110.000 fallecidos, han impedido este tipo de actos.

Acerca de la pandemia

Sobre la crisis sanitaria, Jorge Bergoglio, después de rendir homenaje a los médicos y enfermeras en primera línea de la pandemia, recordó que “las vacunas son una herramienta esencial en esta lucha”.

“En el espíritu de un ‘internacionalismo de las vacunas’, insto a toda la comunidad internacional a un compromiso común para superar los retrasos en su distribución y para promover su reparto, especialmente en los países más pobres”, dijo.

El papa pronunció su discurso desde una basílica de San Pedro casi vacía. Normalmente, preside estas celebraciones ante decenas de miles de fieles en el Vaticano.

Pero esta vez, por segundo año consecutivo, las restricciones contra el covid-19 en Italia, un de los países más afectados por el virus con más de 110.000 fallecidos, han impedido este tipo de actos.

Con información de AFP