A raíz de la anulación de Roe v. Wade, los políticos de izquierda están usando la palabra “libertad” como palabra de venta, lo cual es extraño, considerando que la mayor parte de su agenda es sobre el control del gobierno.
Con esta base sobre “libertad”, el gobernador de California, Gavin Newsom, actualmente está tratando de avergonzar a las megacorporaciones de Hollywood para que filmen sus películas y programas de televisión en California, en lugar de en estados republicanos menos sibaritas como Georgia.
Él quiere el dinero de la producción de Hollywood para impulsar la apariencia del desempeño económico de su estado. Hasta ahora, compañías como Disney y Netflix Todavía planea filmar programas en Georgia, pero se han comprometido a pagar a los empleados para que viajen a otros estados y así “obtener acceso a atención reproductiva”, como lo expresó con tanta delicadeza y según relata Fox News.
En un anuncio financiado por su súper PAC, Newsom le rogó a Hollywood que ‘elegirá la libertad’ y dijo que “California es un estado de libertad. ¿California ha sido un “estado de libertad” en la covid-19? Buscó agresivamente la separación de la iglesia y los feligreses.
Además, insistió en que California ofrece libertad para acceder a los servicios de salud que necesita, incluida la atención del aborto. “Hay libertad para amar a quien amas”, dice el eslogan LGBTQ. Y hay “libertad de gobiernos estatales represivos que quieren decirle qué creer y amenazarlo con delitos graves si no sigue sus líneas”.
¿Sería esto, una estrategia de Newsom para buscar la atención de los medios? Para nadie es un secreto que Ha estado librando una guerra contra el gobernador de Texas, Greg Abbott, y el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Cabe recordar que California odia oficialmente los estados rojos, tanto que el estado prohíbe los viajes oficiales a 22 estados, casi la mitad del país. Este ataque y vergüenza de Hollywood es parte del mismo proceso de pensamiento.
Por otra parte, Newsom tuiteó enojado a las élites de Hollywood: “Pueden proteger a sus trabajadores o continuar apoyando a los estados antiaborto que gobiernan con odio”.
Ese es la toma más extraña. Nadie es más odiado en un aborto que la víctima del aborto. Es como si los bebés fueran invisibles en la imagen liberal.
El gobernador argumentó que los estados antiaborto “han llevado a cabo un ataque cruel contra los derechos esenciales”, y solo ha empeorado desde la decisión “abominable” de la Corte Suprema.
“Están llevando a cabo estos ataques descaradamente y con la intención de causar dolor en las comunidades a las que apuntan, muchas de las cuales son esenciales para el éxito de su industria. Hoy, más que nunca, tienen la responsabilidad de hacer un balance de sus valores, y los de sus empleados, al hacer negocios en esos estados”, agrega Newsom.
De alguna manera, el aborto nunca es “descarado” o “cruel” o “causante de dolor”. El aborto nunca es lo opuesto a la “equidad” o la “inclusión”. Hollywood piensa que el aborto es liberador, digno de celebración. Es un ingrediente esencial en la “positividad sexual”.
Newsom está enojado porque Hollywood debería dedicarse siempre y en todas partes al principio del placer, a la gratificación inmediata: si se siente bien, “hágalo”. Si dicha búsqueda de placer tiene consecuencias reproductivas adversas, debe tener la libertad de eliminar esas consecuencias. Libertad es solo otra palabra para algo que se necesita perder.