Los exploradores del proyecto de investigación submarina Seascape Alaska 5 sabían que se encontrarían con cosas fascinantes en las profundidades del océano Pacífico en Alaska, pero no se imaginaron que uno de esos hallazgos los dejaría tan intrigados.
Como lo deja ver un video publicado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), en medio de la vegetación, rocas y criaturas marinas, de pronto destacó una figura de forma un poco equiparable a la de un huevo.
Lo más sorprendente era que el extraño cuerpo parecía ser de oro, pues tenía su misma tonalidad amarilla y emitía destellos como el metal precioso.
La exploración no se estaba llevando a cabo por inmersión de los exploradores sino con una cámara submarina conducida por un brazo mecánico, el cual los científicos no demoraron en acercar para ver mejor de qué se trataba.
En efecto, el brillo dorado no era ninguna ilusión óptica, pero el acercamiento de la cámara permitió detallar que no era un ser del mundo mineral sino animal, aunque no se movía.
El cuerpo presentaba otra particular característica y es un hueco que delataba restos de materia viviente propios de la apariencia de las criaturas marinas.
Sin embargo, los científicos no salían de su perplejidad, pues, conocedores como son de la biología de estas profundidades no atinaban a decir qué habían encontrado.
“Espero que no salga nada o entre por ese agujero”, se le oye bromear a uno de los investigadores.
A medida que seguían explorando el objeto con la cámara lanzaban ironías como que parecía algo salido del conocido programa de ciencia ficción Los expedientes secretos X.
Otro de ellos anotó que así comienzan las películas de terror.
Como de momento no había muchas conclusiones que sacar, decidieron tomar muestras del cuerpo.
Al observarla mejor, se sorprendieron al ver que no era tan gelatinosa como esperaban, sino que presentaba una textura suave como de seda.
Las muestras fue recogidas en tubos de ensayo para luego ser analizadas en los laboratorios del NOAA.
Aunque el hallazgo se realizó hace pocos días, aún no han surgido conclusiones de las pruebas, pero sí algunas hipótesis.
Puede tratarse, especulan los investigadores, de la cobertura o cáscara del huevo de algún animal marino, aunque hay quienes opinan que pueden ser los restos de una esponja marina.
“Si con todos nuestros conocimientos reunidos no podemos identificar de qué se trata, es que encontramos algo raro”, le expresó uno de los investigadores del NOAA al diario Miami Herald, antes de hacer la pregunta que es clave en esta historia: “¿Qué clase de animal haría un huevo con esa cáscara?”, refiriéndose a su apariencia de oro.
Por su parte, expertos de la University of Plymouth le explicaron a The Guardian que no es inusual encontrar nuevas especies durante las misiones exploratorias, “pero normalmente sería posible ubicarlas en una categoría taxonómica amplia”
“A menudo vemos cosas nuevas y, normalmente tenemos un conocimiento bastante bueno de lo que son. Lo inusual de esto es que ni siquiera estamos seguros de qué se trata ¿Es un huevo? ¿Es una esponja? ¿Qué es?”, puntualizó Kerry Howell, ecologista experta en el fondo marino del alma máter.
Aunque el “huevo de oro” les ha dejado tantas preguntas, los científicos están satisfechos con otros resultados de su trabajo, que se realizará hasta el 15 de septiembre próximo, en uno de los puntos más extremos y ricos en naturaleza de la Tierra como lo es Alaska.
Las exploraciones y sus sofisticada tecnología han permitido grabar áreas que nunca habían sido vistas por el ser humano, como lugares que se encuentran a más de 6 kilómetros de profundidad.
Las imágenes exhiben además variedad de corales, esponjas y elementos geológicos como volcanes de lodo.