Para algunas personas la Navidad es una de las fechas más importantes del año, incluso hay quienes la tienen como su “favorita”, por lo que al menos, para muchos colombianos el no celebrar la llegada del Niño Dios puede llegar a ser motivo de gran tristeza y hasta algo “impensable”; pero sorprendentemente, para un país de la región no se genera el mismo sentimiento.
Pues bien, la navidad es una fecha celebrada por las religiones cristianas para festejar la venida de Jesús, hijo de Dios, a la Tierra. Esta vez en forma de hombre y momento desde el cual se cumple la promesa del Todopoderoso para con su pueblo, enviando al Salvador de la humanidad por medio de una mujer virgen, María, según cuenta la biblia.
Sin embargo, desde hace más de 100 años que Uruguay eliminó la “navidad” de sus festejos, aunque este 25 de diciembre sí se considera un día festivo, desde el gobierno nacional se reglamentó que se celebra es el Día de la Familia, y no una tradición religiosa que se relacione con el “Niño Dios” o “Papá Noel”.
Desde 1919 que Uruguay eliminó las fiestas religiosas de sus calendarios, sin quitar algunos de los días festivos, sino que cambiando el motivo de la festividad, justo cuando se estableció una secularización en todo el territorio nacional, con lo que se mantenía el norte de su carta magna, un país laico.
Lo cierto es que una cosa se plantea en la regla, y otra es la que se vive en las calles, puesto que medios locales han indicado una “gran parte” de uruguayos sí apartan esta fecha para celebrar la Nochebuena y la Navidad este 24 y 25 de diciembre, incluso, se disponen de luces de navidad y actividades de la época en las casas y calles del país, puesto que, aunque desde el gobierno no se establece este festejo, tampoco es prohibido, sino que cada quién es libre de celebrarlo según su propia convicción.
Incluso, otras fechas de corte religioso que tienden a ser festivos en la mayoría de países católicos, en Uruguay se le cambió el motivo de celebración, pero se mantuvo el día libre, por ejemplo: en la Semana Santa se celebra la Semana del Turismo, el día de la legada de los Reyes Magos, en Montevideo se festeja el Día de los Niños, y el día de la Virgen María, los uruguayos pueden celebrar a su vez el día de las Playas, entre otros.
A pesar de todo esto, las familias sí se reúnen a celebrar el día de Navidad, aunque en los espacios públicos no tengan esta particularidad, hace parte de una tradición radical que se tomó hace 103 años, momento desde el cual, incluso, en los cementerios se inició un movimiento para retirar los símbolos religiosos de las criptas, entre otras medidas para mantener la secularización nacional.
El origen de la Navidad
De acuerdo con algunos historiadores, el 25 de diciembre pasó a ser un día que empezó a situarse como la celebración tanto de los paganos, es decir, aquellos que creían en múltiples dioses, como para los que tenían centrada su creencia en Cristo.
Para ese entonces, quienes ya se conocían como cristianos “empiezan a discutir sobre el origen y la humanidad de Jesús, y entonces empieza a tener importancia no solo celebrar la muerte y la crucifixión, sino también el nacimiento”, explicó a la cadena estadounidense CNN, Lorena Pérez, docente de Historia de las Religiones en la Universidad Carlos III.
Ese medio refiere que en el siglo III se empezaron a evaluar distintas opciones sobre la fecha exacta en que nació Jesucristo y que, luego terminó centrándose en dos: diciembre y el 6 de enero, atribuida por los ortodoxos en su ‘ala’ oriental. Sin embargo, ese día representa, en su mayoría, la creencia y convicción sobre la llegada de los tres reyes magos que encontraron la aldea de Belén, guiados por una estrella.
National Geographic hace un paralelo entre la celebración por la natividad y las fiestas llevadas a cabo por los romanos en tributo a Saturno, dios de la agricultura, conocidas también como ‘las saturnales’. Estas tenían su desarrollo entre el 17 y el 23 de este mes y llegaban cuando se presentaba el lapso “más oscuro del año” conocido como el solsticio de invierno.