La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, anunció que levantará el límite de 500 personas en grandes eventos la próxima semana, considerando que la región está superando el brote de ómicron y debe prepararse para vivir con el virus.

A partir del próximo lunes, 17 de enero, los grandes eventos como encuentros deportivos ya no tendrán limitación de asistencia, anunció Sturgeon ante el parlamento regional, precisando que los organizadores deberán, sin embargo, intensificar los controles sobre la vacunación de los asistentes.

Esta decisión despeja el camino para que Escocia juegue en casa en el torneo de rugby de las Seis Naciones, que comienza contra su gran rival, Inglaterra, el 5 de febrero.

El gobierno autónomo dirigido por la independentista Sturgeon, que establece su propia política sanitaria, ha adoptado sistemáticamente restricciones más severas frente a la covid-19 que el ejecutivo británico, Boris Johnson, en Inglaterra.

Pero consideró que “vivir con el virus es lo que todos deseamos desesperadamente”. Y “sabemos que no podemos confiar continuamente en las medidas restrictivas para gestionarlo”, subrayó.

El ejecutivo regional sigue instando, aun así, a los escoceses a trabajar desde casa y a limitar los contactos fuera de sus hogares de momento.

Escocia y Gales, otra de las cuatro naciones que forman el Reino Unido, ordenaron en diciembre que los encuentros deportivos se jugaran en su mayor parte a puerta cerrada en respuesta a la disparada de casos por la más contagiosa variante ómicron. Johnson no impuso tal restricción en Inglaterra.

Pero ahora, según la primera ministra hay señales de que Escocia está “empezando a superar” la ola de ómicron.

Aunque los hospitales estatales están “bajo muy fuerte presión” por falta de efectivos, debido a las cuarentenas las tasas de infección son menores de lo que se temía, subrayó, aunque llamó a todo el mundo a observar un comportamiento “prudente”.

Este anuncio llega luego que el gobierno británico pusiera fin a las restricciones de viajes desde el extranjero impuestas para proteger al país de esa variante mucho más contagiosa, pero aparentemente menos letal del coronavirus.

“Ahora que la variante ómicron es tan dominante, estas medidas solo tienen un impacto limitado en el aumento del número de casos, mientras que siguen causando costes significativos a la industria del turismo”, explicó el primer ministro Boris Johnson ante el parlamento.

Los viajeros ya no tendrán que presentar un test negativo de coronavirus antes de embarcar con destino a Inglaterra y, si están vacunados, no deberán aislarse mientras esperan el resultado de una prueba PCR realizada al llegar.

En su lugar, tendrán que someterse, como ya era el caso antes de la aparición en diciembre de la variante ómicron, a un test de antígenos en los dos días posteriores a su llegada, precisó.

Bajo fuerte presión de su Partido Conservador para eludir nuevas medidas, Johnson anunció también la prolongación al menos tres semanas, hasta el 26 de enero, de la recomendación de teletrabajo, así como de la obligatoriedad de usar mascarillas en interiores y la exigencia de pases sanitarios para eventos multitudinarios, vigentes en Inglaterra desde mediados de diciembre.

Con información de AFP.