Las principales bolsas mundiales volvieron a caer tras las nuevas sanciones impuestas a Rusia por su ataque a Ucrania, entre temores a que se disparen los precios de la energía y refuercen la inflación actual.
La bolsa de Nueva York, que abrió a la baja, terminó dispar, sopesando el impacto de las severas sanciones financieras de Occidente. El índice Dow Jones terminó en rojo perdiendo 0,49 % a 33.892,60 puntos. El Nasdaq logró cerrar en alza de 0,41 % a 13.751,40 unidades, mientras el S&P 500 cedió 0,24 % a 4.373,94 puntos, al recuperarse durante la sesión.
Los mercados europeos terminaron por su parte en rojo: París y Milán perdieron, respectivamente, 1,39 %; Fráncfort, 0,73 % y Londres, 0,42 %. En Madrid, el retroceso fue más leve, de 0,09 %.
Por su parte, los parqués asiáticos se mostraron más resistentes: Tokio subió 0,19 %, Shanghái 0,32 %, y Hong Kong perdió 0,24 %.
Según agencias de noticias internacionales, los empresarios rusos estarían abriendo cuentas bancarias en países aliados. Tal es el caso de los mercados chinos, cuyo país es aliado a Rusia y no impone multas o sanciones a sus contribuyentes.
De acuerdo con los informes, el banco estatal chino habría aumentado su número de consultas y orientaciones a empresas rusas.
¿Qué dice el Parlamento chino?
La guerra de Ucrania, la desaceleración económica y las turbulencias del mercado inmobiliario se imponen como los temas más candentes en la reunión anual del parlamento chino, que a partir del próximo 5 de marzo discutirá medidas para estimular la economía.
Los 3.000 integrantes de la Asamblea Popular Nacional (APN) discutirán proyectos de ley, presupuesto y nombramientos de responsables.
Las preocupaciones de este año podrían centrarse en la desaceleración económica, en parte debido a la baja en el sector inmobiliario, que corresponde a un cuarto del PIB chino. Las duras medidas contra el covid, incluidos los confinamientos y cierres fronterizos, han golpeado los centros productivos, el turismo y los puertos.
En tanto, la invasión rusa a Ucrania elevó la perspectiva de un aumento en los precios de alimentos y petróleo, y provocó temores por el abastecimiento de productos básicos de la región afectada.
Un aliado en apuros
El PIB chino se desaceleró fuertemente en los últimos meses de 2021 pese a una recuperación fuerte previamente en el año, afectada por una débil demanda interna y la baja del sector inmobiliario.
Los dirigentes comunistas chinos han sustentado su legitimidad en el argumento de que su modelo de Gobierno representa el crecimiento económico y la continuidad para la población del país. Pero mientras el resto del mundo reabre tras la pandemia, China mantiene su estrategia de “cero covid”, con restricciones que afectan la confianza de los consumidores.
En 2020 no se fijó una meta de crecimiento económico y para el año pasado, Li anunció una meta modesta de “más de 6 %”.
Analistas esperan que para este año, Pekín vuelva a anunciar una meta igualmente abierta y alcanzable.
La infraestructura podría ser parte central del apoyo gubernamental a la economía, adelantó Zhaopeng Xing, estretega para China de ANZ Research.
Proyectó un crecimiento de “doble dígito en la inversión en infraestructura” en el primer trimestre, además de cortes de impuestos y bajas en las tasas de interés.
*Con información de AFP.
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