Durante el vuelo de retorno de Atenas a Roma, este 6 de diciembre, el papa Francisco explicó las razones por las cuales aceptó la renuncia anticipada de monseñor Michel Aupetit al cargo de arzobispo de París (Francia), quien dimitió de su cargo el 2 de diciembre, el mismo día en que iniciaba su viaje apostólico a Chipre y Grecia.
La periodista Cécile Chambraud, del diario francés Le Monde, preguntó al papa por las razones de la aceptación de la renuncia y por qué se aceptó “con tanta prisa”.
La Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa) detalló que al comenzar su respuesta, el santo padre dijo: “Me pregunto ¿qué hizo Aupetit que fuera tan grave como para tener que dimitir? ¿Qué hizo? Que alguno me responda”, a lo que la periodista contestó: “No lo sé”.
“Si no conocemos la acusación, no podemos condenar. ¿Cuál era la acusación? ¿Quién la sabe? Es feo, ¿eh?”, cuestionó el pontífice. Así, el sumo pontífice continuó defendiendo al arzobispo: “Antes de contestar, yo diré: hagan la investigación porque existe el peligro de decir: fue condenado, ¿pero quién lo condenó? La opinión pública, las habladurías. ¿Pero qué hizo? No lo sabemos. Si ustedes saben por qué, díganlo, por el contrario, yo no puedo responder”.
Según el Código de Derecho Canónico, un obispo renuncia al cargo de manera ordinaria cuando cumple 75 años de edad, y de manera extraordinaria, por alguna causa grave, como cuestiones relacionadas a la salud que le impiden proseguir su ministerio.
“Ustedes sabrán por qué, porque fue una falta de él, una falta contra al sexto mandamiento (No cometerás actos impuros), no total, sino pequeñas caricias, de masajes que dio a su secretaria, esa es la acusación”, explicó Francisco durante la conferencia de prensa.
Según señala la agencia de noticias católicas, antes de la presentación de su renuncia, monseñor Aupetit dirigió un mensaje al diario francés Le Point, que publicó un correo electrónico de 2012 que el ahora arzobispo emérito envió a una mujer amiga suya, cuando él era vicario de la Arquidiócesis de París.
De acuerdo con la publicación, en el mensaje el arzobispo reconocía que su comportamiento respecto a la mujer que “pudo ser ambiguo, sugiriendo así la existencia entre nosotros de una relación íntima y relaciones sexuales, cosa que desmiento con fuerza”.
Sobre la situación, el papa Francisco dijo en la rueda de prensa que “esto es un pecado. Pero no es uno de los más graves, ¿eh? Porque los pecados de la carne no son los más graves. Los pecados más grandes son aquellos que tienen más ‘angelicalidad’, la soberbia, el odio, estos son más graves. Aupetit es pecador, como soy yo” o “como fue Pedro, el obispo sobre el que Jesucristo fundó la Iglesia”.
En otro mensaje, el papa alertó a los jóvenes del peligro de vivir “obsesionados por miles de apariencias” y “prisioneros del teléfono”, al tiempo que los invitó a seguir sus sueños a pesar de las “borrascas repentinas”.
“Hoy corremos el peligro de olvidarnos de lo que somos, obsesionados por miles de apariencias, por mensajes machacones que hacen depender la vida de la ropa que usamos, del automóvil que conducimos, del modo en que nos miran los demás”, señaló el papa.
A pocas horas antes de emprender su viaje de regreso a Roma tras pasar cinco días en Chipre y Grecia, Francisco visitó la mañana de este lunes el único colegio católico de Atenas.
El papa señaló en su discurso que encierra en los jóvenes un impulso para su labor, pese a “los aduladores de sueños, los sicarios de la esperanza, los incurables nostálgicos del pasado” que siempre intentan detener los avances.