El papa Francisco ha sido reconocido por tener posiciones “polémicas” relacionadas con los homosexuales, pues en algunas ocasiones los ha defendido y ha pedido por el respeto de sus derechos.
De hecho, en las últimas horas el líder religioso dijo que es partidario de las leyes civiles para defender los derechos de los homosexuales, pero reiteró que el “matrimonio” no entra dentro de estas leyes civiles.
El papa dijo que el matrimonio, para la Iglesia, es la unión entre un hombre y una mujer, por lo que no será aceptado para los homosexuales.
“He hablado claro sobre esto. El matrimonio es un sacramento de la Iglesia y no se puede cambiar, pero hay leyes que intentan ayudar a la situación de tanta gente de orientación sexual diferente y esto es importante. Que se les ayude, pero sin imponer cosas a la Iglesia que por su naturaleza no se puede”, dijo Francisco en una rueda de prensa que hizo durante el avión papal en su gira por Budapest y Eslovaquia.
El pontífice puso el ejemplo del Pacto Civil de Solidaridad (Pacs) que existe en Francia sobre los derechos para las parejas del mismo sexo, pero “el matrimonio como sacramento es entre hombre y mujer y no se puede hacer que la Iglesia reniegue de su verdad”.
Francisco resaltó que hay personas homosexuales que “se acercan al sacramento de la penitencia y piden consejo al sacerdote y la Iglesia los ayuda a ir adelante”, pero, recalcó, “el sacramento es el sacramento”.
“Son hermanos y hermanas y les tenemos que acompañar. Pero el matrimonio es claro”, agregó el papa.
En marzo de este año, el Vaticano decretó que la Iglesia católica no puede bendecir las uniones entre personas del mismo sexo ya que Dios “no puede bendecir el pecado”.
La oficina de ortodoxia del Vaticano, la Congregación para la Doctrina de la Fe, emitió una respuesta formal a una pregunta sobre si el clero católico puede bendecir las uniones homosexuales.
La respuesta, contenida en una explicación de dos páginas publicada en siete idiomas y aprobada por el papa Francisco, fue “negativa”.
El decreto distingue entre la bienvenida y la bendición de la Iglesia a las personas homosexuales, que defiende, pero no sus uniones.
El Vaticano sostiene que los homosexuales deben ser tratados con dignidad y respeto, pero que el sexo homosexual está “intrínsecamente desordenado”. La enseñanza católica sostiene que el matrimonio entre un hombre y una mujer es parte del plan de Dios y está destinado a crear una nueva vida.
“Dado que las uniones homosexuales no están destinadas a ser parte de ese plan, no pueden ser bendecidas por la Iglesia” dice el documento.
“La presencia en tales relaciones de elementos positivos, que en sí mismos deben ser valorados y apreciados, no puede justificar estas relaciones y convertirlas en objetos legítimos de una bendición eclesial, ya que los elementos positivos existen en el contexto de una unión no ordenada por el creador”, dice la respuesta.
“Dios no bendice ni puede bendecir el pecado: bendice al hombre pecador, para que reconozca que es parte de su plan de amor y se deje cambiar por él”, agregaba el escrito.
El papa Francisco ha respaldado proporcionar a las parejas homosexuales protecciones legales en uniones, pero eso se refiere a la esfera civil, no dentro de la Iglesia. Sus comentarios fueron hechos durante una entrevista con una estación de televisión mexicana, Televisa, en 2019, pero fueron cortados por el Vaticano hasta que aparecieron en un documental el año pasado.
Meses atrás, la Secretaría de Estado del Vaticano envió un comunicado a los nuncios y obispos de la Iglesia católica para aclarar las declaraciones que el papa Francisco hizo en relación a las uniones homosexuales hechas en 2020.
En el documental Francesco, que se estrenó en el Festival de Cine de Roma a finales de octubre de 2020, el pontífice aparece en una entrevista expresando su apoyo a la legalización de las uniones civiles de parejas del mismo sexo y diciendo que los homosexuales tienen “derecho a estar en una familia”.
Esa postura, nunca antes expresada por un papa, tuvo una amplia repercusión, con varias solicitudes para que fuera incluida dentro de la doctrina católica, pero también con rechazo de parte del ala más conservadora de la Iglesia.