El papa Francisco llamó el viernes a los fieles a “amar la pequeñez” en un nuevo alegato por la humildad durante la tradicional misa de Nochebuena en la Basílica de San Pedro de Roma.

Unas 2.000 personas, según la sala de prensa del Vaticano, asistieron a la celebración, con mascarilla y sentadas a distancia las unas de las otras.

Entre los presentes en la ceremonia, celebrada en varios idiomas, había embajadores y representantes de otras confesiones cristianas, así como más de 200 sacerdotes, obispos, y cardenales. Los fieles que se quedaron sin entrada pudieron seguir la misa desde el exterior, en la plaza de San Pedro, a través de pantallas gigantes.

El Papa Francisco dirige una misa de Nochebuena en la basílica de San Pedro en el Vaticano el 24 de diciembre de 2021. (Photo by Filippo MONTEFORTE / AFP) | Foto: AFP or licensors

En su homilía, el pontífice argentino de 85 años invitó a los fieles a “amar la pequeñez” como “camino para la verdadera grandeza” y a “redescubrir las pequeñas cosas de la vida”.

Llamando a la Iglesia a ser “adoradora, pobre y fraterna”, Jorge Mario Bergoglio, infatigable defensor de los más vulnerables, alertó contra la “indiferencia” frente a la pobreza. “Jesús al nacer estaba rodeado precisamente de los pequeños, de los pobres (...) cerca de los olvidados de las periferias. Viene de donde la dignidad del hombre es puesta a prueba”, subrayó.

“Volvamos a los orígenes: a lo esencial de la fe, al primer amor, a la adoración y a la caridad”, insistió el santo padre.

Esta es la segunda misa de Navidad consecutiva en tiempos de covid. En 2020, solo 200 personas, en su mayoría empleados del pequeño Estado del Vaticano, pudieron asistir a misa debido a las restricciones por la pandemia.

El jueves, el papa ya había pedido a la Curia romana que mostrara “humildad” y “sobriedad” y que huyera de la “mundanalidad” y el “orgullo” durante sus tradicionales saludos navideños.

“No vivamos una Navidad falsa y comercial”

El papa pidió a las familias que no vivan “una Navidad falsa” y “comercial”, al tiempo que instó a alejarse del “consumismo” y a cumplir en cambio con gestos de cercanía con “los más pobres”.

“El árbol y el belén nos introducen en el ambiente navideño que forma parte del patrimonio de nuestras comunidades: un ambiente de ternura, de compartir y de intimidad familiar. No vivamos una Navidad falsa y comercial. Dejémonos envolver por la cercanía de Dios”, señaló el pontífice ante las delegaciones que este año han donado el belén y el árbol de Navidad que ya están instalados en la plaza de San Pedro.

El papa instó así a no dejar que “el consumismo” y la “indiferencia” lleguen a “contaminar” la Navidad y, en cambio, a mostrar cercanía “especialmente” a “los más pobres, débiles y frágiles, a los que la pandemia corre el riesgo de marginar aún más”. Este año las tradiciones y la cultura navideña de la comunidad de Chopcca, de la región de los Andes peruanos de Huancavelica, son las protagonistas del belén del Vaticano que será inaugurado esta tarde en la plaza de San Pedro.

El sumo pontífice también recordó que los “símbolos” de la Navidad “especialmente el belén y el árbol decorado, nos devuelven a la certeza que llena nuestros corazones de paz, a la alegría del nuevo año”. Así, explicó que el pesebre recuerda que “Dios se revela no como alguien que se alza en lo alto para dominar, sino como aquel que se rebaja, pequeño y pobre, para servir”.