Para el pontífice, la crisis de los refugiados es también uno de los mayores retos de nuestro tiempo y advirtió de que ya se está librando la “Tercera Guerra Mundial”, con la avalancha de conflictos en todo el planeta.
“Es hora de trabajar juntos para detener la catástrofe ecológica antes de que sea demasiado tarde”, declaró el papa de 86 años durante una videoconferencia con el expresidente estadounidense Bill Clinton, en la apertura de la Iniciativa Global Clinton de este año.
Añadió que esta es la razón por la que está escribiendo un nuevo documento papal como continuación de su histórica “encíclica” de 2015, una carta en la que la Iglesia se posicionó sobre el ecologismo.
Los comentarios del Papa llegan en un momento crítico, cuando los observadores del clima advierten que el año 2023 podría marcar un sombrío hito como el más caluroso registrado en la historia de la humanidad. Este pronóstico alarmante se cierne sobre un verano que se vislumbra con ominosas perspectivas: olas de calor abrasadoras, sequías implacables e incendios forestales devastadores, subrayando la urgencia de abordar la crisis climática de manera inmediata y efectiva.
A lo largo de su liderazgo de una década, el Papa ha convertido la crisis climática en un pilar fundamental de su mensaje y enseñanzas, impulsando llamados a la acción en favor del medio ambiente y la justicia climática.
No obstante, persisten interrogantes acerca del impacto real que estas posturas han tenido en los seguidores políticamente conservadores de la Iglesia, cuyas opiniones pueden variar considerablemente en temas ambientales.
En el ámbito de la migración, el Papa ha recordado con firmeza que es fundamental reconocer que, detrás de las cifras y estadísticas, hay seres humanos: hombres, mujeres y niños. Este recordatorio es esencial para poner de relieve la dimensión humanitaria y ética de la crisis migratoria, subrayando la necesidad de abordarla con compasión y solidaridad en lugar de reducirla a simples números en una hoja de cálculo.
“Cuando hablamos de migración, pensemos en los ojos de los niños que hemos visto en los campos de refugiados”. Sobre los conflictos del mundo, el papa dijo que la Tercera Guerra Mundial “se está librando por partes”, y añadió que es hora de “volver al diálogo y a la diplomacia: que cesen los designios de conquista y de agresión militar.”
Asimismo, el Papa destacó la encomiable labor llevada a cabo por el Hospital Infantil Bambino Gesu de Italia, una institución que ha brindado atención médica y cuidado a más de 2.000 pacientes ucranianos, en su mayoría niños, que se vieron obligados a huir de su tierra natal sin la compañía de sus padres o familiares.
Esta admirable muestra de solidaridad y humanidad en medio de la crisis ucraniana ejemplifica la compasión global que trasciende fronteras y ofrece un rayo de esperanza en medio de la adversidad. El Papa sugirió que esta iniciativa podría servir como un modelo a seguir a nivel mundial, una inspiración para que otras naciones y organizaciones también se unan en la asistencia a quienes más lo necesitan, especialmente en tiempos de crisis.
En un contexto internacional apremiante, los líderes mundiales tienen una cita crucial el próximo miércoles en la Cumbre sobre la Ambición Climática. En este encuentro, los países miembros del G20, bajo la presión instigada por el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, se comprometerán a acelerar sus acciones y esfuerzos en aras de mantener vivo y efectivo el acuerdo de París.
Este acuerdo, que representa un paso vital hacia la mitigación del cambio climático y la preservación de nuestro planeta, se encuentra en un momento crítico en el que se necesita una determinación renovada y una colaboración internacional efectiva para abordar los desafíos ambientales que enfrentamos como comunidad global.
*Con información de AFP.