El papa Francisco nombrará el sábado 21 nuevos cardenales que en su mayoría podrán elegir al sucesor del jesuita argentino o erigirse en el nuevo pontífice.
La ceremonia, llamada consistorio, que tendrá lugar el sábado a las 10:00 a. m. (hora local) en la plaza San Pedro del Vaticano, es la novena del papado de Francisco desde su elección en 2013.
El evento será seguido de cerca por los observadores en busca de indicios acerca del rumbo de la Iglesia, debido a la avanzada edad de Francisco (86 años), que no descarta renunciar al cargo como hizo su predecesor Benedicto XVI si decae su estado de salud.
Francisco, el primer papa de América, incluirá en esta ocasión a cinco cardenales latinoamericanos, entre ellos el arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio.
Otros tres son argentinos: monseñor Víctor Manuel Fernández, prefecto del poderoso Dicasterio para la Doctrina de la Fe; Ángel Sixto Rossi, arzobispo de Córdoba; y Luis Pascual Dri, confesor en el Santuario de Nuestra Señora de Pompeya. El otro latinoamericano es el venezolano Diego Rafael Padrón Sánchez, arzobispo emérito de Cumaná.
Durante su pontificado, Francisco intentó promocionar al clero de países en desarrollo alejados de Roma como parte de su filosofía de diversidad e inclusión y ha abogado por una Iglesia más tolerante con especial atención a los pobres y los marginados.
Tras este consistorio habrá 137 cardenales electores. Casi tres cuartas partes de ellos (99) habrán sido creados por Jorge Bergoglio, mientras que un 21 % fueron creados por Benedicto XVI y un 6 % por Juan Pablo II.
Pompa y tradición
Como es costumbre, los futuros cardenales se arrodillarán frente al papa para recibir su capelo cardenalicio, cuyo color rojo escarlata evoca la sangre derramada por Cristo en la cruz.
Francisco también entregará a cada uno de ellos el anillo de cardenal, que reemplaza al anillo episcopal que reciben como obispos.
Después de la ceremonia tendrá lugar la tradicional “visita de cortesía” en la que el público es invitado a saludar a los nuevos cardenales en los salones dorados del Palacio Apostólico.
Considerados tradicionalmente los “príncipes” de la Iglesia Católica Romana, los cardenales son los principales consejeros y administradores del pontífice.
Algunos lideran departamentos dentro de la Curia Romana, el gobierno de la Santa Sede, pero la mayoría trabaja desde sus países.
“Universalidad”
Fiel al principio de “universalidad” de la Iglesia, el pontífice jesuita también mira a otras “periferias” del catolicismo donde crece el número de fieles como África o Asia.
Entre los nuevos elegidos hay clérigos de dos zonas geopolíticamente sensibles: el Patriarca latino de Jerusalén, la principal autoridad católica en Tierra Santa, y el obispo de Hong Kong, clave para intentar mejorar las relaciones del Vaticano con la China comunista.
La nueva lista de cardenales también incluye a los arzobispos de Yuba (Sudán del Sur), Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y Tabora (Tanzania).
“Esto significa que el papa quiere rodearse de personas dotadas de una experiencia del mundo global, no solo por su sector de especialización”, afirma a la AFP el experto vaticanista italiano Marco Politi.
Pero el clero europeo, donde el catolicismo está en declive, seguirá fuertemente representado.
Los nuevos cardenales incluyen el prelado suizo que ejerce de nuncio apostólico de la Santa Sede en Italia, el arzobispo de Lodz (Polonia), o el arzobispo de Madrid, monseñor José Cobo Cano.
El más joven de los nuevos cardenales es el obispo de Setúbal (Portugal), que recientemente organizó la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa.
Américo Aguiar será el segundo miembro más joven del Colegio Cardenalicio después del prefecto apostólico en Ulán Bator (Mongolia), Giorgio Marengo.
Con información de AFP