El cardenal Angelo Becciu, primer purpurado que comparece ante el tribunal penal del Vaticano, se defendió en un juicio en su contra por fraude financiero y reveló un supuesto acuerdo secreto aprobado por el papa para liberar a la monja colombiana secuestrada en Mali.
El religioso aseguró que el sumo pontífice habría aprobado una transacción de un millón de euros para liberar a la monja colombiana Gloria Cecilia Narváez, liberada en octubre de 2021 tras más de cuatro años y ocho meses de cautiverio en Malí en poder de un grupo vinculado a Al Qaeda.
Aunque no especificó si finalmente se pagó un rescate, esta revelación puso de manifiesto la utilización de los servicios de una empresa de seguridad británica, gracias, sobre todo, a la intermediación de la italiana Cecilia Marogna.
La también acusada en este proceso, Cecilia Marogna Marogna había afirmado que fue empleada por el cardenal para actividades de inteligencia destinadas a obtener la liberación de la religiosa secuestrada, y percibió 575.000 euros (unos 600.000 dólares) de la Secretaría de Estado en una cuenta eslovena.
La religiosa, de 59 años de edad, fue secuestrada el 7 de febrero de 2017 mientras adelantaba labores sociales en la aldea Karangasso, a 400 km de Bamako, en Malí, África.
Hasta allí llegaron cuatro yihadistas del llamado Frente de Liberación de Macina, quienes, armados, entraron a la casa de misión franciscana. Solo hasta cinco meses después se conoció en realidad quiénes eran los responsables del secuestro, pues el 1 de julio la Alianza Yihadista por el apoyo al Islam y los Musulmanes se adjudicó públicamente el secuestro.
“El 7 de febrero de 2017 estábamos con las hermanas de la fraternidad. Sofía es una hermana colombiana, Clarita, también colombiana, y otra hermana que estaba en la capilla haciendo oración... Entraron cuatro hombres armados con fusiles y machete”, narró la monja Gloria Cecilia Narváez a SEMANA en una entrevista exclusiva en noviembre pasado.
Y agregó “los hombres se dirigieron a nosotras y dijeron: ‘Queremos que nos entreguen los euros, venimos en nombre del jefe’. Uno de los hombres se fue a uno de los dormitorios de una hermana, con su fusil y todo. El otro se quedó al frente de la otra hermana, y el jefe que se quedó delante de mí me preguntó: ‘¿Tú me conoces?’. Y yo: ‘No, señor, no lo conozco a usted, nosotras no somos europeas, somos colombianas’. Él quería llevarse a la hermana más joven, colombiana. Entonces, yo le dije que no les hiciera daño a las hermanas”.
“Al otro día, el hombre jefe se acercó y me dijo: ‘Estás en manos de Al Qaeda’. Yo le dije que si podía hablar con el jefe, dijo: ‘Voy a ver si se puede hablar con él’. Ahí, en ese lugar permanecimos como dos semanas. Después me dirigieron más al norte de Malí, se iba viendo más desierto”, recordó.
Durante todo su cautiverio, solamente se recibieron cuatro pruebas de supervivencia, la última de ellas en mayo de 2021; una carta que le envió a su hermano con puño y letra mediante la Cruz Roja Internacional.
Tras su liberación el pasado mes de octubre, la religiosa viajó al Vaticano donde recibió la bendición del papa Francisco.
El cardenal Becciu ante tribunal penal del Vaticano
Durante las dos horas y media de audiencia, el cardenal italiano Angelo Becciu de 73 años rechazó las “acusaciones totalmente infundadas” que se le imputan ante el tribunal penal del Estado más pequeño del mundo, donde una decena de personas están siendo juzgadas desde julio de 2021 por fraude, malversación, abuso de poder, blanqueo de capitales, corrupción y extorsión.
En el centro del juicio está la costosa compra de un prestigioso edificio en Londres como parte de las actividades de inversión de la Santa Sede, cuyo patrimonio inmobiliario es considerable.
Becciu, a quien el papa Francisco destituyó y privó de privilegios de cardenal en septiembre de 2020, negó cualquier uso imprudente del Óbolo de San Pedro, la gran colecta anual de donaciones dedicada a las acciones caritativas del papa.
“No son fondos del Óbolo los que se han utilizado, sino los de la Secretaría de Estado”, dijo en referencia al gobierno central de la Santa Sede, asegurando haber “seguido las prácticas” de sus predecesores y destacando la “confianza” depositada en sus colaboradores.
A finales de enero, el Vaticano confirmó que había vendido el edificio de 17.000 metros cuadrados del número 60 de Sloane Square, en el lujoso barrio de Chelsea, cuya adquisición a un precio inflado y con una hipoteca oculta dañó gravemente su reputación.
Becciu negó firmemente haber tenido una relación con Marogna, apodada “la dama del cardenal” por la prensa italiana.
Con información de AFP