Tras una angustiosa noche de réplicas del potente terremoto que causó la muerte de al menos 724 personas en el suroeste de Haití, el papa Francisco expresó este domingo su “solidaridad” con la población de este país del Caribe y exhortó a la comunidad internacional a que venga en su ayuda.

“Deseo expresar mi solidaridad con la población duramente golpeada por el sismo”, declaró el sumo pontífice durante su tradicional oración pública del Ángelus en la plaza de San Pedro.

“Dirijo mis palabras de aliento a los sobrevivientes, esperando que la comunidad internacional se implique en su favor y que la solidaridad de todos pueda atenuar las consecuencias de la tragedia”, añadió.

Al respecto, muchos países, como Estados Unidos, República Dominicana, México y Ecuador, ya han ofrecido su ayuda enviando personal, raciones de emergencia y equipos médicos.

En cuanto a Colombia, el presidente Iván Duque dijo que, como parte de la asistencia humanitaria, la Fuerza Aérea llegará a Haití con 18 toneladas de equipos para acompañar los operativos de rescate.

Por su parte, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, que tras la catástrofe declaró el estado de emergencia durante un mes en los cuatro departamentos afectados por el sismo y llamó a sus conciudadanos a la “unidad nacional”, agradeció este domingo a la comunidad internacional por el apoyo.

“Queremos dar una respuesta más adecuada que en 2010 tras el terremoto. Toda la ayuda que venga del exterior debe ser coordinada por la Dirección de Protección Civil”, exigió el jefe del gobierno que llegó a uno de las ciudades afectadas donde señala que se vive una dura y triste realidad.

“Tan pronto como aterricé, me encontré con víctimas del sismo . Los médicos, rescatistas y paramédicos llegan para brindar asistencia desde el aeropuerto de Los Cayos . Una dura y triste realidad que debemos afrontar con valentía”, escribío en su cuenta de Twitter.

Tras el terremoto, los residentes y el personal de rescate de Haití que aún no terminan de superar el sismo que sacudió a este territorio en el 2010, siguen esforzándose para encontrar supervivientes bajo los escombros.

Varias máquinas pesadas, camiones y retroexcavadoras se dedicaron a trasladar losas de cemento de los edificios derrumbados en la localidad de Los Cayos, cerca del epicentro del terremoto, a unos 160 km de la capital haitiana, Puerto Príncipe, constató la AFP.

El sismo de magnitud 7,2 se produjo este sábado a las 08H29 (12H29 GMT) según los datos del servicio geológico de Estados Unidos (USGS), movimiento telúrico en el que perecieron cientos de personas y más de 2.800 resultaron heridas, informaron los servicios de Protección Civil de Haití.

Entre los sobrevivientes, se encuentra Marcel François, un joven de 30 años que pudo ser rescatado de las ruinas en las que quedó convertida su casa de dos pisos en Los Cayos, gracias a su teléfono celular.

“Es gracias de Dios y también gracias a mi teléfono que estoy vivo, porque pude avisar a la gente de fuera dónde me encontraba”, dijo a la AFP el joven.

Su hermano menor, Job así como los vecinos trabajaron durante más de tres horas sin más herramienta que sus brazos para sacarlo de los escombros.

“Iba en el autobús al trabajo cuando ocurrió el terremoto. Pude localizar a Marcel por teléfono, pero me dijo ‘ven a salvarme, estoy bajo el cemento’”, cuenta Job François.

Tras ser rescatado de entre los bloques de hormigón y los muebles rotos, François quien sufrió de algunas heridas en la cabeza, fue trasladado inmediatamente al hospital en estado de shock, ya que no tenía noticias de su hija de 10 meses, que seguía atrapada entre las ruinas.

“Pensé que mi hija estaba muerta. Cuando llegué al hospital estaba llorando, estaba resignado”, contó conmovido.

Sin embargo, gracias al trabajo en equipo de los residentes y de su tío, la pequeña Ruth Marlee Alliyah François fue sacada de la casa cuatro horas después del terremoto.

Marcel y Job François esperan que los equipos profesionales les ayuden este domingo a sacar de entre los escombros el cuerpo sin vida de su inquilina, una mujer de 27 años que vivía en la planta baja de la residencia y que murió a los pocos minutos del terremoto.

*Con información de la AFP