El papa Francisco saludó durante la audiencia general de este miércoles 30 de marzo a varias refugiadas ucranianas que escaparon de la guerra con sus hijos y que fueron acogidas en Italia. Durante el encuentro, el santo padre denunció “la monstruosidad” del conflicto bélico que, según la ONU, ha provocado un éxodo de casi 3,9 millones de personas.
Francisco saludó una a una a las mujeres de este grupo que acudió al aula Pablo VI del Vaticano con llamativas banderas de Ucrania y que están recibiendo asistencia de la Fundación italiana Aiutiamoli a Vivere de la asociación Puer, en la colaboración de la embajada de Ucrania ante la Santa Sede.
El pontífice se detuvo a bendecir las fotografías que traían consigo, algunas con las imágenes de los maridos que se quedaron como soldados luchando en Ucrania, y se emocionó cuando los niños le entregaron sus dibujos con peticiones de paz para su país. De hecho, el pontífice, que no tenía preparado discurso, improvisó diciendo: “Cuando saludo a los niños, vuelvo a pensar en la monstruosidad de la guerra”. Asimismo, pidió que sean renovadas “las oraciones para que se detenga esta crueldad salvaje que es la guerra”.
Francisco dedicó la catequesis al papel que tienen los ancianos en la sociedad que, según señaló, “agudizan los sentidos del alma, a pesar de las limitaciones y heridas de los sentidos del cuerpo”. De este modo, criticó que “la ilusión de la eterna juventud” presente en la sociedad actual adormece “los sentidos espirituales”, que no es solo “no pensar en Dios o en la religión”, sino dejar de tener sentimientos como “la compasión”, “la piedad”, “la lealtad”, “la ternura”, y la empatía del “dolor por lo que ocurre a los demás”.
El papa también recordó que este sábado viajará a Malta, donde permanecerá 36 horas, siguiendo las huellas del apóstol Pablo, “que fue acogido allí ‘con gran humanidad’ tras naufragar en el mar, rumbo a Roma”. Francisco destacó que Malta es por su posición geográfica un destino preferente para las personas que huyen de África: “Se encuentra en el centro del Mediterráneo, en el sur del continente europeo, hoy aún más comprometido con la acogida de tantos hermanos y hermanas que buscan refugio”.
Debido al conflicto en Ucrania, desencadenado el pasado 24 de febrero, han fallecieron al menos 144 niños, según fuentes ucranianas, subrayando que casi la mitad de las víctimas se registra en la ciudad de Kiev.
Con base en datos difundidos por Unicef, son al menos cuatro millones y 300 miles los menores desplazados, son más de 1,8 millones los niños que han llegado a los países limítrofes como refugiados y 2,5 millones los desplazados internos.
“La guerra causó uno de los más rápidos desplazamientos a larga escala de niños desde la Segunda Guerra Mundial”, declaró la directora general de Unicef, Catherine Russell: “Esto es un triste resultado que podría tener consecuencias duraderas para las generaciones que vienen”, añadió.
Sin medicamentos ni educación
La guerra también ha tenido consecuencias devastadoras sobre las infraestructuras civiles. Hospitales y escuelas fueron afectadas. El Ministerio ucraniano de la Educación y la Ciencia dio a conocer que más de 500 estructuras dedicadas a la educación. Se estima, además, que al menos 1,4 millones de personas en Ucrania no tienen acceso al agua potable.
Unicef también subrayó que, en el país de Europa del Este, se registra una reducción de la cobertura para las vacunaciones de rutina y, sobre todo, para las infantiles, incluyendo el sarampión y la poliomielitis. Esto podría llevar rápidamente a focos de enfermedades prevenibles con las vacunas, especialmente en las áreas superpobladas donde la gente se refugia durante las incursiones y los ataques aéreos.
*Con información de Europa Press.
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