El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, revocó este viernes las sanciones impuestas por su antecesor Donald Trump a la fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, lo cual repara las relaciones entre la entidad y este país, luego de las brechas que se abrieron con la anterior administración.
El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo este viernes que Estados Unidos sigue “en total desacuerdo” con los decisiones tomadas por CPI en relación a Afganistán e Israel, pero consideró que las medidas del gobierno de Trump fueron “inapropiadas e ineficaces”, en declaraciones citadas por la agencia AFP.
“Creemos, sin embargo, que nuestras preocupaciones sobre estos casos se abordarían mejor mediante la participación de todas las partes interesadas en el proceso de la CPI en lugar de la imposición de sanciones”, declaró Blinken en un comunicado.
El mismo funcionario mostró como un acto positivo las reformas que está llevando a cabo la entidad, aunque también mantiene su interés sobre asuntos internos, como los salarios de los jueces que hacen parte de la CPI.
“Nuestro apoyo al Estado de derecho, el acceso a la justicia y la posibilidad de que los responsables de atrocidades masivas rindan cuentas son importantes intereses de seguridad nacional para Estados Unidos”, aseguró Blinken.
El demócrata revocó un decreto que publicó Trump en relación a las sanciones impuestas en septiembre de 2020, que también levantó las medidas punitivas contra el jefe de la División de Jurisdicción, Complementariedad y Cooperación de la Fiscalía, Phakiso Mochochoko, según informó la AFP.
En el mismo sentido, el Departamento de Estado finalizó varias restricciones de visado que datan desde hace varios meses contra miembros del personal de la CPI.
Vale destacar que la fiscal Bensouda, nacida en Gambia, dejará su cargo en junio de este año y cederá su lugar al abogado británico de derechos humanos, Karim Khan.
Por su parte, la directora de la Asociación de Estados Parte de la CPI, Silvia Fernández de Gurmendi, resaltó que la decisión “señala el inicio de una nueva fase de nuestro compromiso común de lucha contra la impunidad” de los crímenes de guerra.
Una vez se conoció el decreto, Francia y otros países europeos, se habían mostrado “horrorizados” por la medida de Trump, de forma que este y otros estados celebraron “el cambio de rumbo” y se comprometieron a apoyar a la Corte Penal.
“Es una excelente noticia para todos los que están comprometidos con la lucha contra la impunidad, con el multilateralismo y con un orden internacional basado en el Estado de derecho”, dijo el canciller francés, Jean-Yves Le Drian.
Estados Unidos, que firmó pero no ratificó el Estatuto de Roma de 1998 que instauró la CPI, “apoyó iniciativas judiciales internacionales específicas para responsabilizar a quienes cometieron crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad, incluidos los casos en los Balcanes, Camboya y Ruanda”, según explicó AFP.
El director ejecutivo de Open Society Justice Initiative, James Goldston, celebró la decisión de Biden como una “restauración de los ideales estadounidenses”.
“Estados Unidos tiene una larga historia de uso de sanciones para castigar a los violadores de derechos humanos, pero nunca antes se utilizó esta herramienta para castigar a un tribunal independiente que busca justicia para las víctimas de atrocidades”, dijo el representante de este grupo que promueve los derechos humanos y la democracia.
Human Rights Watch se unió a los mensajes de elogio a Biden por acabar con “este uso de sanciones sin precedentes y totalmente deformado” y por pasar la página al “asalto de Trump al Estado de derecho mundial”.
Vale recordar que en sus últimas semanas en el cargo, Trump indultó a tres soldados estadounidenses condenados por crímenes en las guerras en Afganistán e Irak.