El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, abandonó el país este domingo, ante el avance de los talibanes, quienes ya ocuparon el palacio presidencial en Kabul.

En un video en redes sociales se ve cómo Ghani se sube a un avión que lo llevaría a Tayikistán, minutos después de dimitir como el máximo diferente de Afganistán.

Ghani es un economista y académico que se había desempeñado como presidente de Afganistán desde 2014. Fue reelegido en septiembre de 2019, pero debido a un proceso prolongado no prestó juramento hasta marzo de 2020.

De hecho, Ghani tenía la ciudadanía estadounidense, pero renunció a ella para poder aspirar a la Presidencia en el 2009.

Según Ghani, su dimisión como presidente se dio con el fin de “evitar un baño de sangre” y dijo que si se quedaba en Kabul, la ciudad habría sido destruida e “innumerables patriotas habrían sido martirizados”.

“Los talibanes ahora son responsables del honor, de la posesión y de la autopreservación de su país”, dijo el exmandatario luego de aceptar la victoria del grupo radical islamista.

A pesar de las explicaciones dadas por Ghani, otros líderes y figuras públicas de Afganistán lo criticaron por abandonar el país en medio de la peor crisis política y social de su historia.

“El expresidente afgano (Ghani) ha abandonado la nación, dejando a la gente en esta situación”, declaró Abdullah Abdullah, exvicepresidente del país y jefe del Consejo Superior para la Reconciliación Nacional, en un video publicado en su página de Facebook. “Dios lo responsabilizará, y la gente lo juzgará”, agregó.

No indicó adónde se dirigía Ghani, pero el grupo de prensa afgano Tolo News apuntó que podría estar camino de Tayikistán.

Que Ghani dejara el cargo era uno de los pedidos clave de los talibanes en los diálogos de paz con el gobierno afgano, aunque el mandatario había optado por aferrarse al cargo hasta ahora.

La toma de la capital

Desde la noche del sábado iniciaron los combates y enfrentamientos a las afueras de Kabul entre los talibanes y los miembros del ejército.

Pese a la resistencia de las tropas gubernamentales, los talibanes se fueron abriendo camino e ingresaron a la capital afgana. En las últimas horas, de hecho hay fotos e imágenes de grupos de militantes talibanes dentro del palacio presidencial, tomándose fotos y “celebrando” su victoria.

Días atrás, los insurgentes habían capturado sin resistencia, la ciudad oriental de Jalalabad, horas después de tomar la norteña Mazar-i-Sharif, la cuarta mayor ciudad afgana y principal centro urbano del norte.

Así, los talibanes controlan casi todo el país, tras 10 días de conquistas aceleradas contra las fuerzas gubernamentales y caudillos locales.

Los talibanes afirmaron que desean una “traspaso pacífico” del poder en los próximos días, dos décadas después de empezara una intervención militar liderada por Washington y ordenada a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

En un primer momento, el grupo ordenó a sus combatientes que no entraran en la capital, afirmando que las fuerzas del gobierno se encargarían de garantizar la seguridad.

Pero más tarde, Zabihullah Muajhid, un portavoz, tuiteó que las fuerzas talibanas deberían ocupar las zonas desertadas por las fuerzas afganas, para mantener el orden.

Los talibanes también prometieron que no buscaban vengarse de nadie, tampoco de los militares o funcionarios que trabajaron para el actual gobierno.

Por su parte, el ministro de Interior, Abdul Sattar Mirzakwal, aseguró que se llevaría a cabo una “transferencia pacífica del poder” a un gobierno de transición.

La OTAN, que también se retira de Afganistán, reclamó una “solución política al conflicto, que es más urgente que nunca”, según un portavoz.

A pesar de los anuncios de paz de los talibanes, hay imágenes de centenares de personas intentando huir de Afganistán antes de que el régimen de los islamistas comience de manera oficial.