“Las bombas que caen sobre la población de Gaza son estadounidenses, una afirmación que resuena en la conciencia internacional y ha llevado a muchas personas a considerar a Estados Unidos como el cómplice de los crímenes del régimen sionista”, declaró el presidente iraní, Raisi, al dirigirse ante miles de manifestantes congregados en una plaza de Teherán. Sus palabras reflejan la creciente percepción de la influencia global que Estados Unidos ejerce en el conflicto entre Israel y Palestina, y cómo este respaldo a Israel es objeto de críticas y controversias.
Los manifestantes se reunieron en respuesta al llamado de las autoridades, luego del devastador bombardeo que tuvo lugar el martes por la noche en el hospital episcopal Ahli Arab, que lamentablemente dejó un saldo de centenares de muertos. Este trágico evento ha agravado aún más la crisis humanitaria en la región y ha generado una ola de indignación a nivel internacional.
Aunque el movimiento islamista Hamás en el poder acusó a Israel de ser responsable de esta tragedia, el ejército israelí argumentó que se debió a un disparo de cohete del Yihad Islámico, otro grupo armado palestino, que, a su vez, desmintió su implicación en el suceso. La confusión en torno a la autoría de este ataque refuerza la complejidad del conflicto y la necesidad de una investigación imparcial.
El presidente iraní Raisi afirmó que “el fin del régimen sionista comenzará con el ataque contra el hospital”, subrayando la gravedad de la situación y el deseo de que se tomen medidas concretas para poner fin a la violencia en Gaza. En su discurso, Raisi también hizo un llamado a la comunidad internacional, destacando que “el mundo musulmán y la opinión mundial” reclaman con urgencia “el fin de los bombardeos lo más rápido posible, el fin del bloqueo de Gaza y la ruptura de relaciones políticas” establecidas por los países árabes que se acercaron a Israel en los últimos años.
Estas demandas reflejan la intensidad de las preocupaciones globales en torno a la situación en Oriente Medio y la presión sobre los actores internacionales para buscar soluciones a un conflicto que perdura desde hace décadas.
“La exigencia de la expulsión de los embajadores israelíes y el cierre de sus embajadas en estos países se ha convertido en un clamor unánime en Irán”, afirmó el presidente Raisi, subrayando la posición oficial del país que no mantiene relaciones diplomáticas con Israel y aboga abiertamente por su desaparición.
En un giro significativo, mientras el ministro de Relaciones Exteriores, Hosein Amir-Abdollehian, se encontraba de visita en Arabia Saudita, instó a los países productores de petróleo a imponer un embargo en los suministros a Israel como medida de presión. Esta llamada a la acción refleja la creciente voluntad de Irán de ejercer influencia en el ámbito internacional en apoyo a la causa palestina.
Este fervoroso respaldo a la causa palestina en las calles de Teherán se traduce en un mensaje claro: la solidaridad con Palestina es una cuestión de importancia central para el pueblo iraní. Los manifestantes, provenientes de diversas edades y trasfondos, se unieron en un llamado conjunto por la justicia y la autodeterminación del pueblo palestino, así como en la condena de la política de Israel y el apoyo estadounidense a esta nación.
La multitud, con una determinación palpable, dejó en claro que esta lucha no es solo una cuestión regional, sino un tema que resuena a nivel global, alimentando la esperanza de que la paz y la justicia en Oriente Medio se conviertan en una realidad en un futuro cercano.
Esta muestra de apoyo y solidaridad hacia el pueblo palestino ilustra el profundo sentimiento que prevalece en Irán y en gran parte del mundo árabe e islámico en relación con la situación en Oriente Medio. La lucha por la liberación de Palestina continúa siendo un tema central en la agenda de la región y un punto de tensión en las relaciones internacionales.
*Con información de AFP.