El presidente de República Checa, Miloš Zeman, se refirió recientemente a las personas transgénero como una comunidad “absolutamente repugnante”, en el marco de una tendencia cada vez más notoria de algunos líderes políticos del oriente de Europa para calificar a las minorías sexuales con calificativos ofensivos y discriminatorios.
El mandatario checo también arremetió contra las activistas feministas, el movimiento conocido como Me Too y las manifestaciones que la comunidad LGBTQ+ está llevando a cabo en medio de la celebración del Mes del Orgullo.
Zeman, además, defendió al primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, por las diferencias que mantiene con la Unión Europea (UE) por cuenta de los derechos para la comunidad LGBTQ+, como planteó durante una entrevista de televisión en el canal Prima TV, citada por el medio norteamericano Bloomberg.
El presidente checo afirmó que “puede entender a los homosexuales y las lesbianas”, aunque aseguró que las personas que cambian de género están cometiendo un delito de autolesión.
“Toda operación quirúrgica es un riesgo”, agregó durante la entrevista televisiva. “Para mí, los transexuales son absolutamente repugnantes”, concluyó Zeman, cuyo cargo en República Checa consiste más en asuntos ceremoniales sin poderes ejecutivos.
En el año 2018, el político checo ganó su segundo y último mandato de cinco años, luego de una extensa carrera pública caracterizada por controversias de ese tipo. Durante la crisis migratoria de Europa, por ejemplo, dijo que permitir la entrada de refugiados musulmanes a su país era abrirle las puertas al terrorismo.
No obstante, los recientes comentarios de Zeman levantaron fuertes críticas entre la ciudadanía, los movimientos activistas y sus opositores políticos. Todos coincidieron en que sus declaraciones refuerzan puntos de vista que dividen a la sociedad y promueven los prejuicios contra las personas con orientaciones sexuales diversas.
“Tales ataques no solicitados contra personas que ya se encuentran con suficientes obstáculos del estado son muy inapropiados”, advirtió Adela Horakova, abogada de una iniciativa LGBTQ+ en Praga, la capital del país, citada por Bloomberg. Horakova aprovechó para pedir respeto por parte del Estado, como el que recibe cualquier otra persona.
Entre tanto, la Comisión de la Unión Europea inició recientemente procedimientos legales contra la legislación húngara por cuenta de la prohibición de los materiales escolares y otros contenidos para niños que “promueven la homosexualidad”, según ha defendido el mandatario de ese país, Viktor Orbán.
En Hungría, por ejemplo, un proyecto de ley aprobado el año pasado prohíbe efectivamente los matrimonios entre personas del mismo sexo y evita que estas parejas adopten niños. Además, vincula a la comunidad LGBTQ+ con la pedofilia.
Embajadas occidentales despliegan banderas arcoíris
Las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá desplegaron el pasado viernes banderas arcoíris en sus sedes en Moscú como una forma de celebrar el Mes del Orgullo de la Comunidad LGBTQ+.
En un comunicado, las instituciones diplomáticas de los tres países, junto a las de Australia, Islandia y Nueva Zelanda, afirmaron que “el derecho humano es inherente de cada individuo”.
“Desafortunadamente, las personas LGBTI+ en todo el mundo continúan enfrentándose a la violencia, al acoso y a la discriminación simplemente por ser quienes son”, señalaron los promotores de la iniciativa en el comunicado, en el que agregaron que las fuerzas del orden “a menudo hacen la vista gorda ante el discurso y los delitos de odio que todavía prevalecen en muchos países”.
La Embajada de Estados Unidos, por ejemplo, compartió una foto en su cuenta de Twitter en la que aparece el recién regresado embajador John Sullivan izando una bandera arcoíris afuera de su edificio. Sullivan retomó el jueves sus funciones en Moscú después de una cumbre entre Estados Unidos y Rusia destinada a rebajar las tensiones, como recoge la agencia AFP.