Unos 5.600 miembros del sindicato United Auto Workers abandonaron 38 centros de distribución y repuestos de General Motors y Stellantis al mediodía del viernes, sumándose a la huelga iniciada la semana pasada.
El anuncio de la llegada de Biden, respondiendo a una invitación del presidente del UAW, Shawn Fain, demuestra lo mucho que está en juego en el conflicto. El exmandatario republicano Donald Trump también planea visitar la zona el miércoles, en busca de respaldos entre los votantes de clase trabajadora.
Al anunciar la ampliación de la huelga, Fain dijo que el movimiento abarca a 20 estados y fábricas de General Motors y Stellantis, con quienes las negociaciones se han estancado. La huelga no afecta a Ford, ya que aunque hay discrepancias en algunos temas, la compañía ha hecho concesiones importantes desde que se iniciara la protesta hace una semana.
“El martes iré a Michigan para unirme al piquete y solidarizarme con los hombres y mujeres de UAW, que luchan por acceder una parte justa del valor que ayudaron a crear”, escribió Biden en X (ex Twitter), en la noche del viernes.
“Es hora de alcanzar un acuerdo en el que todos ganen y que mantenga próspera la fabricación de automóviles estadounidense con empleos bien remunerados”, agregó.
Ford cede terreno
Fain explicó que Ford había mejorado propuestas anteriores al restablecer una medida sobre el costo de vida que había sido suspendida en 2009. La empresa también ofreció mejorar el sistema de repartición de las ganancias.
“Aún no hemos terminado en Ford”, agregó el presidente del sindicato. Sin embargo, “reconocemos que Ford se toma en serio el deseo de llegar a un acuerdo”, señaló. “En GM y Stellantis, la historia es diferente”, agregó. Ford dijo en un comunicado que “está trabajando diligentemente con el UAW para llegar a un acuerdo que recompense” a sus trabajadores.
“Aunque estamos logrando avances en algunas áreas, todavía tenemos brechas significativas que cerrar en las cuestiones económicas clave”, dice el comunicado.
GM y Stellantis hicieron eco de un informe publicado este viernes en el diario Detroit News, según el cual el UAW apuntaría a generar un “caos operativo” en las empresas como estrategia de negociación. El diario se basa en mensajes filtrados del director de comunicaciones del sindicato.
El informe del Detroit News confirma que “los líderes del UAW están manipulando el proceso de negociación en función de sus propias agendas personales”, dijo GM en un comunicado. El UAW acusa a las empresas de “codicia corporativa” y critica que cada uno de los directores generales de los “Tres Grandes” gane más de 20 millones de dólares al año.
El UAW busca aumentos salariales del 40 %, que igualarían los aumentos promedio de los directores generales durante los últimos cuatro años.
Otras reivindicaciones clave son la eliminación de los distintos “niveles” salariales, un ajuste del costo de vida y el restablecimiento de las prestaciones médicas para jubilados y de una pensión para los empleados de menor antigüedad.
La huelga, que ha entrado en su segunda semana de protesta, hasta el momento ha ejercido un impacto limitado sobre los balances financieros de las empresas involucradas. Esto se debe en gran parte a que las tres plantas iniciales donde se desató la huelga se dedican principalmente a la producción de camionetas medianas, que, si bien son vehículos rentables, no representan las principales fuentes de ingresos de estas compañías.
Los analistas del sector observan con atención la evolución de esta protesta laboral y anticipan que el sindicato UAW (United Auto Workers), podría expandir sus acciones de huelga a las plantas más lucrativas, dependiendo en gran medida del progreso de las negociaciones en curso.
Esta posible extensión de la huelga a las instalaciones de mayor rentabilidad ha generado incertidumbre tanto en la industria automotriz como en los mercados financieros, ya que podría tener un impacto significativo en los resultados financieros de las empresas y en la cadena de suministro del sector.