Asad abogó por una “nueva fase” en la cooperación regional durante su intervención en la cumbre, que también contó con la aparición inesperada del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, una señal del creciente peso diplomático del país anfitrión, Arabia Saudita.
Era la primera vez que Asad comparecía en la Liga Árabe desde que Siria fue suspendida en 2011 por la brutal represión de manifestantes prodemocráticos, que desembocó en una guerra civil.
“Espero que esto marque el comienzo de una nueva fase de acción árabe para la solidaridad entre nosotros, la paz en nuestra región, el desarrollo y la prosperidad en lugar de la guerra y la destrucción”, dijo Asad a los asistentes a la reunión, que se celebra en la ciudad de Yedá, a orillas del mar Rojo.
En la sala principal de la cumbre, Asad intercambió saludos con el presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, y antes de la ceremonia inaugural se reunió con el presidente de Túnez y el vicepresidente de Emiratos Árabes Unidos.
El primer ministro argelino, Ayman Benabderrahmane, dio “una gran bienvenida” a Siria en la apertura de la cumbre.
“Nos complace hoy la asistencia del presidente sirio, Bashar al Asad, a esta cumbre”, afirmó por su parte el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, gobernante de facto del país.
El príncipe se reunió tras la cumbre con Asad, que “elogió los esfuerzos realizados por Arabia Saudita para lograr el acercamiento árabe”, indicó la agencia de noticias oficial siria SANA.
La acogida de Asad marca un giro para Arabia Saudita, que respaldó a la oposición siria y apoyó a los grupos rebeldes durante las primeras fases de la guerra civil siria y acusó entonces al presidente, aliado de Irán, de haber puesto en marcha una “máquina de matar”.
Para Riad, una cumbre exitosa implicaría compromisos concretos de Siria sobre cuestiones como los refugiados y el tráfico de captagon, una droga derivada de las anfetaminas, afirmó Torbjorn Soltvedt, de la consultoría de riesgo Verisk Maplecroft.
Según un comunicado de la Liga Árabe al que tuvo acceso AFP, el bloque acordó abordar ambas cuestiones, además del “terrorismo”, e insistió en la necesidad de tomar medidas para “resolver gradualmente la crisis” en Siria.
En Siria, cientos de personas protestaron en el norte del país, controlado por los rebeldes, contra la rehabilitación de Asad, coreando “¡El pueblo quiere la caída del régimen!”, el mismo grito que se oía en las protestas que sacudieron a Siria y otros países árabes en 2011.
El regreso de Asad se produce tras un periodo de intensa actividad diplomática saudita, que cerró en marzo un inesperado acercamiento con Irán, con mediación de China.
Desde entonces, Arabia Saudita restableció relaciones con Siria e intensificó sus esfuerzos por la paz en Yemen, donde lidera una coalición militar contra los rebeldes hutíes, apoyados por Irán.
No todos los países de la región se han mostrado dispuestos a estrechar lazos con Asad. Catar indicó este mes que no estaba dispuesto a normalizar sus relaciones con Damasco.
La inesperada participación de Zelenski en la cumbre de la Liga Árabe es su primera visita a Oriente Medio desde el inicio de la invasión rusa de febrero de 2022.
El presidente ucraniano acusó en su intervención a algunos dirigentes árabes de cerrar “los ojos” ante las “anexiones ilegales”.
Un funcionario de la Liga Árabe dijo a AFP que la invitación de Zelenski procedía de Arabia Saudita, no del bloque.
Zelenski indicó en las redes sociales que se reunió con el príncipe Mohamed bin Salmán y que también se esperaba que asistiera a la cumbre un representante de la embajada rusa.
Arabia Saudita mantiene una posición relativamente neutral en la guerra de Ucrania. Aunque ha prometido cientos de millones de dólares en ayuda a Ucrania y respalda las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que denuncian la invasión rusa, también se ha coordinado con Rusia en política energética.
Por Haitham El-Tabei, AFP.