En medio de la conmoción generada por el anuncio de la dimisión de la primera ministra británica Liz Truss, tras solamente haber permanecido seis semanas en el cargo, una de las primeras reacciones en conocerse fue la del líder del partido de oposición, Keir Starmer del Partido Laborista Británico, quien advirtió que lo que evidencia esta renuncia es que el Reino Unido necesita un relevo en el poder.
En sus redes sociales, el líder laborista describió el actual panorama británico como “12 años de fracaso conservador”, advirtiendo que la salida no está en la elección de un nuevo miembro del partido ‘Tory’ para ocupar la silla de primer ministro, en lo que él ha calificado como una “puerta giratoria del caos”, afirmando que “el Partido Conservador ya no tiene mandato de gobernar”.
“El pueblo británico se merece algo mejor que esta puerta giratoria”, advirtió el político en sus redes sociales, advirtiendo que la solución a la actual crisis debe derivarse de una convocatoria a elecciones generales.
“Necesitamos elecciones generales, ya”, advirtió el líder del Partido Laborista en sus redes sociales, en las que también compartió el texto de su pronunciamiento oficial tras los recientes hechos en el Reino Unido.
En este texto, el líder laborista hace un recuento de los que considera fueron malos gobiernos, advirtiendo que las personas que estuvieron en el poder de su país en los recientes 12 años “establecieron impuestos récord, destrozaron nuestras instituciones y crearon una crisis del costo de vida”.
El político opositor ha señalado que la situación de los últimos años ha llevado a que la economía de su país se viera fuertemente afectada, lo cual ha repercutido directamente en los bolsillos de los británicos, quienes incluso han visto subir el costo de sus hipotecas, y afirmando que el halo dejado por las malas decisiones en el curubito del poder han causado un daño que “tardará años en arreglarse”.
La razón por la que Starmer ha señalado la pertinencia de unas elecciones generales se refiere a su rechazo a que los ‘Tory’ sigan frente a las riendas del Reino Unido, haciendo referencia a que estos, quienes han gobernado el país en los últimos años, han optado por, ante los escenarios de crisis, simplemente cambiar la cabeza en el gobierno en un enroque que les permite mantenerse en el poder.
No obstante, según advierte el líder laborista, “los Tories no pueden responder a su último caos una vez más simplemente haciendo clic en sus gers y barajando a la gente en la parte superior sin el consentimiento del pueblo británico”.
“Gran Bretaña no es su feudo personal para funcionar como lo deseen”, señaló en su pronunciamiento Starmer, quien pidió a los conservadores que “no sometan al país a otro experimento más”.
El líder de la oposición británica advirtió que el constante cambio de líder del Partido Conservador, o la cara expuesta en el Down Street 10, sede del gobierno, ha hecho que cada uno de los que ha pasado por el cargo de primer ministro deje a su país “más débil y peor”.
En ese sentido, Starmer pide que se abra la posibilidad para que los británicos tengan “la oportunidad de comparar el caos de los conservadores con los planes laboristas para solucionar su desorden”, señalando que en las propuestas de su partido, están las respuestas para lograr retomar el curso; “hacer crecer la economía para los trabajadores y reconstruir el país para un futuro más justo y más verde”.
“Debemos tener la oportunidad de un nuevo comienzo”, afirmó Starmer, reiterando su propuesta de elecciones generales en plazo inmediato.
Cuando Starmer hace referencia a la ‘puerta giratoria’ del Partido Conservador, hace referencia a cómo este sector político, actualmente en el poder desde 2010, con la llegada de David Cameron, ha realizado cuatro cambios en la figura del primer ministro, como solución a problemas de legitimidad o gobernabilidad.
Precisamente, esa ‘puerta giratoria’ comenzó con la salida de Cameron del poder, esto tras el triunfo del Brexit, con el que los británicos decidieron su retiro de la Unión Europea.
En ese mismo sentido, Theresa May, quien asumió el poder en 2016, terminó renunciando a su cargo en 2019, ante los problemas presentados en la aprobación del tratado de Brexit, dando espacio a Boris Johnson, quien presentó su dimisión a comienzo de 2022 en medio de una ola de escándalos personales, permitiendo la llegada de la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Liz Truss, quien solo logró permanecer seis semanas en el cargo.