La ofensiva rusa en Ucrania desde febrero de 2022 ha provocado una serie de consecuencias, las cuales van desde miles de muertes de ambos bandos, crisis en la infraestructura de las localidades golpeadas por los impactos de ataques aéreos, una gran ola de migración hacia Europa Central y una profunda preocupación por el comercio de cereales desde Ucrania, en donde se utiliza el mar Negro como medio de transporte, seriamente sitiado por ambos actores del conflicto.
Por tal motivo, cuando Rusia se retiró en julio pasado de un acuerdo en donde se le permitía a Ucrania el transporte de cereales de manera segura en el mar Negro, la comunidad internacional se mostró preocupada debido a que no existía una garantía de que los cargamentos de grano fueran ajenos a los ataques rusos.
Teniendo en cuenta esta posible amenaza a la alimentación mundial, el Reino Unido ha advertido que Rusia podría atacar los buques civiles que se transportan por el mar Negro con minas flotantes. Asimismo, la inteligencia británica expresó que el gobierno de Putin buscaría culpar erróneamente a Kiev de todo ataque contra barcos en ese corredor marítimo, relató Reuters.
Un nuevo problema a la vista
Según las afirmaciones de la inteligencia británica, divulgados por el Gobierno de Reino Unido, las fuerzas militares rusas podrían utilizar minas marinas contra los buques civiles en el mar Negro, ubicándolas en las cercanías de los puertos de Ucrania. Como consecuencia, la ruta de exportación de cereales estaría muy vulnerable a cualquier ataque ruso, a pesar de que el Gobierno ucraniano ha establecido un tipo de “corredor humanitario”.
“Rusia quiere, casi con toda seguridad, evitar el hundimiento de barcos civiles abiertamente, culpando falsamente a Ucrania de cualquier ataque contra barcos civiles en el mar Negro”, expresó el Ministerio de Exteriores del Reino Unido a través de un comunicado, agregando que “al hacer pública nuestra evaluación de esta inteligencia, el Reino Unido pretende exponer las tácticas de Rusia para disuadir de que ocurra cualquier incidente de este tipo”.
A sabiendas de esta posible situación que perjudicaría las exportaciones del grano, Londres aseguró que estaba manteniendo conversaciones con el gobierno de Kiev, y otros aliados, para mejorar la seguridad de la navegación civil en el mar Negro, con el fin de que las acciones conjuntas de inteligencia y vigilancia puedan prevenir todo tipo de ataque o movimiento ruso.
El mar Negro: un tablero de ajedrez
Conociendo la importancia que el mar Negro significa para Rusia, el gobierno de Putin ha reforzado sus relaciones diplomáticas con el autoproclamado territorio independiente de Abjasia, una región separatista de Georgia, la cual no cuenta con reconocimiento internacional exceptuando a Rusia, Nicaragua, Nauru y Venezuela.
Abjasia, de la mano del autodenominado presidente Aslan Bzhania, habría firmado con Moscú un acuerdo para construir una base naval permanente en Ochamchira, expresó el diario Izvestiya, aseverando que Bzhania confirmó este tratado, el cual se ejecutara prontamente. De hecho, el político señaló que “todo esto tiene como objetivo aumentar el nivel de la capacidad de defensa tanto de Rusia como de Abjasia y este tipo de interacción continuará”, advirtiendo que “también hay cosas de las que no puedo hablar”.
Rusia está intentando contar con el apoyo los territorios separatistas de naciones colindantes, como el caso de Abjasia y Osetia del Sur, para hacerle frente a la guerra contra Ucrania, ya que públicamente solo Bielorrusia ha aseverado ser un aliado para el gobierno de Putin, contrastado con el apoyo de la Otan y la Unión Europea que reciben las fuerzas de Kiev, a pesar de no pertenecer a ninguno de estos organismos internacionales, cosa que podría cambiar en el futuro dada la insistencia del mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, en querer que su nación haga parte de estas instituciones.