Sin entrar en detalles, la autoridad penitenciaria de Ecuador informó este miércoles, 1 de noviembre, que los incidentes que se reportaron durante la jornada en algunas cárceles del país ya fueron controlados sin ceder a las presiones de un grupo delincuencial, el cual quiso forzar el traslado de presos bajo amenazas de huelga de hambre y de retener a guardias carcelarios.
En un nuevo comunicado emitido en la noche, el Servicio Nacional de Atención Integral de Personas Privadas de la Libertad (SNAI), responsable del control de las prisiones, aseguró que “el Estado hizo prevalecer su autoridad retornando a una relativa normalidad” en el sistema.
El SNAI puntualizó que no cedió “a las intimidaciones y extorsiones de un determinado grupo de delincuencia organizada” que denunció más temprano ante la Fiscalía del Estado por “amenazas” en contra “de las autoridades y funcionarios de la institución, con el objetivo de presionar por un traslado masivo” de internos que forman parte del mismo grupo delictivo.
El primer comunicado oficial indicó que se solicitó el apoyo de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas para dar seguridad a los centros penitenciarios, así como a los internos y a los funcionarios.
Sin identificar el grupo delictivo que presiona el traslado de presos
Tampoco se identificó al grupo delictivo responsable ni a las prisiones en las que están los integrantes de ese grupo o a cuántos internos se refería el traslado calificado de “masivo” por la autoridad.
Según el ente de control, ese cambio de prisiones resultaba “antitécnico” y representaba “una intimidación y chantaje al Estado ecuatoriano”.
Reportes de medios locales señalaron preliminarmente que los hechos se produjeron en las cárceles de Cuenca, Latacunga, en la Penitenciaría del Litoral en Guayaquil —la más grande y peligrosa del país— y otras. Pero no ha sido confirmado por la autoridad.
Más temprano, en la cárcel de Turi en la andina Cuenca (sur), se observaron policías a las afueras de la prisión y unos reclusos dentro de un puesto de vigilancia.
Los reclusos amenazaron con “huelgas de hambre, retención de servidores del Cuerpo de Seguridad y Vigilancia Penitenciaria (CSVP) y de funcionarios administrativos”.
Ecuador sumida en la violencia
Las violentas cárceles ecuatorianas se han convertido en centros de operaciones de bandas vinculadas a carteles mexicanos y colombianos. Los choques entre grupos delincuenciales dejan desde febrero de 2021 unos 460 reclusos muertos.
Ecuador afronta la peor crisis de violencia en su historia, tanto en las calles como en las cárceles del país. Desde 2021, más de una decena de episodios sangrientos en esos centros penitenciarios han dejado más de 400 muertos, hechos que el Gobierno del presidente, Guillermo Lasso, atribuye a disputas de poder y de territorio entre bandas para controlar el narcotráfico y microtráfico.
La masacre más sangrienta se produjo en septiembre de 2021, bajo el mandato de Lasso, en la Penitenciaría del Litoral, cuando 119 presos fueron asesinados.
A finales de agosto, el país andino vivió una serie de episodios violentos que sumió a la población en el temor tras una inédita serie de atentados con coches bomba y otros explosivos caseros en Quito y otras ciudades del país. Además, 57 policías y custodios penitenciarios fueron retenidos en unas seis cárceles.
*Con información de AP y AFP