Una nueva hazaña para conquistar el espacio realizó Rusia la noche de este 27 de diciembre, cuando realizó el tercer lanzamiento exitoso de su cohete espacial pesado Angara, el primero que desarrolló el país desde la caída de la Unión Soviética hace 30 años.

La agencia espacial Roscosmos anunció que el cohete de nueva generación Angara-A5 fue lanzado con una carga simulada desde Plesetsk, en el norte de Rusia, según informó la agencia de noticias AFP.

Añadieron fuentes del Gobierno ruso que este es el tercer ensayo exitoso de este cohete desde su viaje inaugural en 2014.

La agencia dijo en un comunicado que Roscosmos felicita a las fuerzas militares espaciales y al conjunto de la industria del espacio rusa. A la vez indicaron que el lanzamiento fue exitoso.

Según recogió la AFP, el director de la agencia, Dmitri Rogozin, celebró el ensayo en Telegram con el mensaje: “¡Vamos, pequeño!”.

El Ministerio de Defensa añadió que “todas las operaciones prelanzamiento y el lanzamiento del cohete Angara-A5 tuvieron lugar adecuadamente”. El último despegue de este tipo de cohete fue en diciembre de 2020.

Los cohetes Angara fueron bautizados en honor a un río siberiano que desemboca en el lago Baikal. Son la primera familia de lanzaderas construida tras el colapso de la Unión Soviética.

Estos artefactos fueron diseñados para reemplazar los cohetes Proton, que se remontan a la década de 1960, y sufrieron una serie de fallos en años recientes.

Según reseñaron medios locales rusos, el presidente Vladimir Putin confía en que estos nuevos lanzamientos reactiven la industria espacial rusa y reduzcan su dependencia de antiguas repúblicas soviéticas. Sus responsables aseguran que los cohetes Angara son menos dañinos para el medio ambiente que sus predecesores porque están impulsados por oxígeno y keroseno en vez de heptilo, muy contaminante.

El programa espacial ruso mandó al primer hombre al espacio en 1961 y lanzó el primer satélite cuatro años después. Pero desde la caída de la Unión Soviética en 1991, se ha visto plagado de escándalos de corrupción y otros contratiempos, como la pérdida de costosas naves espaciales y satélites en años recientes.

¿Astronautas en riesgo?

El pasado 16 de noviembre, Estados Unidos criticó a Rusia por haber llevado a cabo una prueba de misil que hizo estallar uno de sus propios satélites, provocando escombros que consideró amenazantes para los astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI).

“Hoy temprano, Rusia llevó a cabo de manera irresponsable una destructiva prueba de misiles antisatélite de ascenso directo contra uno de sus propios satélites”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, a la vez que añadió que esta acción ha “generado más de 1.500 desechos orbitales rastreables y cientos de miles de pedazos más pequeños de restos orbitales que ahora amenazan los intereses de todas las naciones”.

La Estación Espacial pasa “a través o cerca de la nube (de escombros, ndlr) cada noventa minutos”, confirmó la NASA en un comunicado.

Durante el segundo y tercer pasaje, entre las 2H00 y las 4H00 EST, las siete personas a bordo de la EEI se refugiaron en sus naves, amarrados a la estación, preparados para una posible evacuación de emergencia.

Son cuatro astronautas estadounidenses, un alemán y dos rusos. Esta medida se tomó específicamente sobre la base de una evaluación de riesgos de la NASA. En esa oportunidad, Blinken prometió que Estados Unidos “trabajará con (sus) aliados y socios para tratar de responder a este acto irresponsable”.

El jefe de la NASA, Bill Nelson, se declaró “indignado” por la prueba de Rusia, catalogada como irresponsable para los astronautas que pudieron perder la vida en la Estación Espacial Internacional.

*Con información de AFP.