Nurun Nahar Begum, hoy en día de 40 años, se convirtió en una sobreviviente más de los ataques con ácido que en la adolescencia le dieron un giro de 180 grados. Actualmente, esta mujer trabaja para ayudar y orientar a otras víctimas que, como ella, buscan salir adelante y luchar por sus derechos, más allá de las secuelas físicas.
Begum evocó nuevamente su experiencia para que otras mujeres puedan sentirse identificadas y encontrar una salida. Según la organización Acid Survivors Trust International, citada por El País de España, anualmente más de 1.500 personas sufren arremetidas con ácido a nivel global; de estos, en un 80 % las víctimas son mujeres.
En el caso de Bangladesh, donde ejerce el apoyo de Begum, aproximadamente el 70 % de los reportes son de mujeres y niñas; en cuanto a los perpetradores, mayoritariamente aluden a hombres. En el año 2002 el gobierno de ese país asiático puso en marcha una legislación para más regulación en la venta, empleo y almacenamiento de dicha sustancia.
¿Cómo ocurrió la agresión a Begum?
Según Daily Mail, una noche de julio de 1995 Nurun empezó a escuchar una serie de ruidos ‘inusuales’ que le llevaron a contemplar la presencia de delincuentes. Aunque propiamente no se trataba de ladrones, el cometido de uno de los hombres que habían llegado hasta su vivienda le cambiaría por completo la vida.
Hasta su casa arribaron más de diez niños y la bangladesí (en ese entonces de 15 años) reconoció a uno de ellos, quien le había manifestado su interés en establecer una relación amorosa. El sujeto, dos años mayor, recibió un ‘no’ como respuesta, ante lo cual decidió arremeter contra la mujer, de quien aseguraba estar interesado y le arrojó ácido en la cara.
“Cuando sucedió (...), no me di cuenta de que era ácido. Mi vecino vino a mi casa y me dijo que mi cara se estaba poniendo negra. Tuve mucho dolor y terminé en el hospital durante ocho meses, donde tuve cinco cirugías en la cara”, relató, en lo recogido por el diario británico. Ese fue el comienzo de un proceso de sanación no solo a nivel externo.
“A veces me deprimía”
La incredulidad y el desconsuelo por la acción de aquel individuo permeó sus días; pero también, según afirma, la llenó de valor para seguir adelante y no dejar que su vida fuese derrumbada por las pretensiones del victimario. Así fue como decidió dar marcha a un proceso en el que sintiera una evolución, pese a reconocer que más de una vez se sintió victimizada otra vez.
“Después del ataque, personas de diferentes ámbitos de la vida, incluidos mis vecinos, me descuidaron pensando que sería una carga para mi familia. Solían burlarse de mi apariencia desfigurada. A veces me deprimía y me dolía”, continuó, de acuerdo con Daily Mail. Desde su vivencia, y con el paso del tiempo, ha sido testigo de cómo muchas mujeres han sido culpadas hasta dentro de sus propias casas.
“La gente dice: ‘Tal vez estabas haciendo algo mal, y por eso el tipo se enojó y te tiró el ácido’”, aseveró. En su caso, Nurun Nahar Begum aseguró haber contado con el respaldo de su círculo más cercano y, tras el apoyo, consiguió terminar sus estudios básicos e ir a la universidad.
A la fecha, la bangladesí hace parte de Acid Survivors’ Network desde donde apoya a otras personas blancas de este tipo de situaciones. Estas no distinguen clase social y aunque en algunas regiones es más prominente, tampoco se aísla de países como Colombia donde, de acuerdo con Acid Survivors Trust International, al año se reportan unos cien casos.