En 2010, Julian Assange un desconocido activista, programador y periodista australiano saltó a la fama a través de WikiLeaks, una página web sin ánimo de lucro que puso en evidencia cómo militares estadounidenses asesinaron a un periodista de Reuters, su ayudante y nueve personas más en Afganistán, creyendo que eran terroristas.
Después de eso, WikiLeaks y Assange sacaron a la luz pública una serie de escándalos sobre las actuaciones del gobierno de los Estados Unidos y su ejército. Por ejemplo, los diarios de la Guerra de Afganistán revelaron asesinatos de civiles, fuego amigo y conexiones entre Pakistán y los talibanes.
Así mismo, publicaron información sobre torturas sistemáticas en Irak, civiles asesinados que fueron catalogados como terroristas, violaciones y abusos sexuales por parte del ejército iraquí. También miles de telegramas que involucraron a decenas de países, informes de torturas y tratos inhumanos en la cárcel de Guantánamo, en la cual también se encarcelaban personas sin pruebas ni juicio alguno.
Desde entonces, Assange se convirtió en un prófugo de la justicia, ya que Estados Unidos buscaba encarcelarlo por haber filtrado miles de documentos confidenciales. En total, se le acusa de 18 delitos distintos. Estos son: un cargo de conspirar para recibir información de defensa nacional, siete cargos por obtener dicha información, nueve cargos por haber revelado esa información y otro cargo por conspirar para acceder a una computadora de manera ilegal.
Si bien en 2012 fue acogido por la embajada ecuatoriana en Londres bajo la figura de asilo político, el gobierno de Lenín Moreno le retiró ese refugio en 2019, por lo cual, fue detenido por las autoridades británicas con el fin de extraditarlo a los Estados Unidos, decisión que después de años de dilaciones, fue confirmada esta semana.
Actualmente, se encuentra recluido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, donde su condición física y mental ha ido en un deterioro constante. De las 24 horas del día, 23 las pasa encerrado en soledad y solo se le dan 45 minutos de ejercicio al aire libre, donde el resto del penal es totalmente evacuado para que no tenga ningún tipo de contacto con algún recluso.
El camino que le queda a Assange es apelar la decisión, pero teniendo en cuenta como ha sido el caso, es altamente improbable que algo detenga su llegada a los Estados Unidos, donde podría ser condenado a 175 años de cárcel. Curiosamente, a pesar de los graves delitos que reveló WikiLeaks, su fundador es la única persona que tendrá que estar en la cárcel, nunca hubo causas reales contra militares o funcionarios estadounidenses.
Por esto mismo, es que durante años se han realizado una gran cantidad de protestas en contra de cualquier tipo de encarcelamiento de Julian Assange, asegurando que él solo reveló ante el mundo una serie de atrocidades cometidas por funcionarios de los Estados Unidos y de otros países. Argumentan, a la vez, que su condena es una persecución y un atentado contra la prensa libre.
Cuando se confirme la extradición de Assange, se espera una gran tormenta política global, ya que muchos mandatarios se han puesto de lado del fundador de WikiLeaks. Sin embargo, poco o nada se puede hacer contra la decisión de encarcelarlo, en medio de un proceso que deja muchas dudas con respecto a si la culpa cayó sobre los verdaderos criminales en el caso de espionaje más sonado de los últimos años.