Llenas de nostalgia, miles de personas vieron en Washington el último viaje del transbordador espacial más activo de la Nasa, el Discovery. Luego de 39 misiones, incluida la de llevar el telescopio Hubble al espacio en 1990, la nave hizo un recorrido final sobre el fuselaje de un Boeing 747 adaptado especialmente. El avión y su pesada carga salieron del Centro Espacial Kennedy, en Florida, sobrevolaron varias veces la capital estadounidense a una altura de apenas 457 metros y, finalmente, aterrizaron en el aeropuerto Dulles. Quienes observaron el recorrido lamentaron la cancelación del programa y el final de la era de los transbordadores. La nave, en servicio activo durante 28 años, será exhibida en el Museo de Aeronáutica y el Espacio del Smithsonian Institution en Washington. Jack Dailey, su director, afirmó orgulloso que un ícono como el Discovery es un símbolo de lo que “Estados Unidos es capaz de hacer”.