Jacob Anthony Chansley, conocido como Jake Angeli o QAnon Shaman, uno de los representantes del movimiento de ultraderecha QAnon, testificará en contra del expresidente de EE.UU. Donald Trump en su juicio político por sentirse “traicionado” por este, según dijo su abogado Albert Watkins a la agencia AP.
El abogado dijo que Jake Angeli admiraba “terriblemente” a Trump, “pero que ahora se siente traicionado después de que el expresidente negara concederla el indulto presidencial a él y a otros participantes de las manifestaciones del 6 de enero en el capitolio de Estados Unidos”
Watkins contó que su cliente viajó desde Phoenix (Arizona) hasta Washington tras el llamado de Trump para que los seguidores se opusieran a los resultados de las elecciones presidenciales que dieron la victoria a Joe Biden.
Jake Angeli es acusado de obstrucción de un procedimiento oficial, conducta desordenada en un edificio restringido, manifestación en un edificio del Capitolio, entre otros cargos, tras haberse pintado el rostro de azul, rojo y blanco, y luciendo un gran tatuaje sobre el pecho y una bandera estadounidense en una mano.
El movimiento QAnon considera al expresidente de Estados Unidos Donald Trump un héroe, ya que supuestamente “está finalizando una guerra secreta contra pedófilos de las élites y contra los medios de comunicación que adoran a Satanás en Estados Unidos”.
Sin embargo, el exmandatario nunca les ha expresado su apoyo y, de acuerdo con Bloomberg, ni siquiera realizó detenciones contra pedófilos.
Asimismo, se dice que varias personas que pertenecen al grupo se retirarán y otras buscarán la forma de continuar en el movimiento que nació en 2017, debido a que algunas de sus publicaciones se han viralizado tanto en Facebook como en Instagram.
Jake Angeli se convirtió en una de las caras más conocidas del movimiento de ultraderecha QAnon. Además, el sujeto dice que percibe “múltiples frecuencias de vida que están más allá de los cinco sentidos”.
¿Qué pasó el 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos?
El pasado 6 de enero cientos de seguidores de Donald Trump irrumpieron con violencia en el Capitolio después de haber asistido a una marcha en la que el propio presidente los alentó a pelear en protesta por el resultado de las elecciones.
Los disturbios causaron cinco muertos y múltiples heridos, y hasta este el momento las autoridades de Estados Unidos han realizado más de 100 detenciones.
De hecho, el viernes 16 de enero el fiscal interino de Estados Unidos para el Distrito de Columbia, Michael Sherwin, reveló que la investigación apunta a que el objetivo de la turba era “secuestrar y asesinar a legisladores”.
El hecho de que muchos de los violentos seguidores de Trump llevaran esposas y amarres de plástico para inmovilizar a alguien apunta en esa dirección.
No obstante, el FBI y el Departamento de Justicia de Estados Unidos están debatiendo si presentan o no cargos contra cerca de 800 personas del Make America Great Again (MAGA) que se tomaron el Capitolio del país el pasado 6 de enero, mientras se certificaba a Joe Biden como presidente.
Los funcionarios se encuentran entre la espada y la pared, pues en caso de negarse a acusar a los alborotadores se podría dar la imagen de que el Gobierno Federal aprueba la violencia política.
Además, los que apoyan la presentación de cargos contra quienes irrumpieron argumentan que hacerlo serviría como una medida de disuasión frente a quienes planean hacer lo mismo.
El Departamento de Justicia presentará cargos de conspiración sediciosa contra cualquiera que planee acciones contra el Gobierno.