Aumenta la presión en Brasil a pocas horas de la cita que tienen sus ciudadanos con la democracia cuando el próximo 2 de octubre deban acudir a las urnas para decidir el nombre de su nuevo presidente, en el marco de unas elecciones generales que también incluyen votaciones para la elección de otras autoridades de ese país.
En medio de la previa a estas elecciones, el ambiente, que ha estado marcado por la polarización y el favoritismo de dos de las más relevantes figuras políticas de los últimos años, el expresidente Lula da Silva y el actual mandatario, Jair Bolsonaro, pinta con vientos favorables al primero, el líder del Partido de los Trabajadores, quien en la mayoría de las encuestas se ha mantenido al frente de la tabla de favoritismo.
No obstante, en medio de su favoritismo, y confiado en su victoria en las urnas, este viernes, Lula da Silva se manifestó públicamente preocupado frente al reto que acarreará la transición política para elegirse nuevamente como mandatario, señalando que avizora que esta puede tornarse ‘tumultuosa’, en parte también por las manifestaciones de Bolsonaro frente a su no confianza en las autoridades electorales del país, y otros factores sociales que han antecedido a la cita del próximo domingo.
En ese sentido, según recogen medios internacionales, el expresidente Lula, quien ya se desempeñó como mandatario en el periodo comprendido entre los años 2003 y 2010, se confesó preocupado, comparando el actual contexto que vive su país, con el que vivió hace dos décadas cuando ascendió al poder, tras derrotar en las urnas al candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), José Serra, a quien superó tras haber tenido que acudir a segunda vuelta electoral.
Sobre el particular, Lula afirmó que, en aquel entonces, “la gente del PSDB hacía política, cuando ganaba festejaba, y cuando perdía, permitía que festejase quien ganaba”, afirmando que el panorama no es comparable con el que se vive actualmente en Brasil, advirtiendo que, en el caso de Bolsonaro, este podría generar un levantamiento social que no reconociera la legitimidad de las elecciones, o que hiciera turbulenta la transición, teniendo en cuenta que quien gane, tendrá que asumir las riendas de Brasil el próximo 1 de enero.
Según recogen medios internacionales, las palabras de preocupación por parte del expresidente Lula, fueron pronunciadas en el marco de una rueda de prensa entregada en una de las principales ciudades de su país, Río de Janeiro.
Dentro de las razones que soportan la preocupación expresada este viernes por Lula, se encuentran las declaraciones precedentes de Bolsonaro quien, en medio de la actual carrera por su reelección, se ha manifestado en desacuerdo por el ejercicio del derecho al voto a través de plataformas digitales, advirtiendo que no confía en la fiabilidad de estas, afirmando a su vez que las condiciones están dadas para la ocurrencia de un fraude, situación que ha agitado los ánimos por parte de sus simpatizantes.
En ese sentido, algunos analistas citados por medios internacionales, han expresado su preocupación porque, en una eventual derrota de Bolsonaro, este pueda movilizar a sus simpatizantes a no reconocer la derrota, recordando incluso que este ha propiciado en las últimas semanas, algunos escenarios y permisos que han conducido a que la población se arme.
El panorama a boca de urna
De acuerdo con el más reciente sondeo adelantado por la encuestadora Datafolha, y revelado a mediados de la presente semana, en el que se podría considerar el último sondeo antes de las votaciones, el favoritismo recae en el candidato de 76 años, Luiz Inácio Lula, quien ha conseguido ampliar su ventaja sobre Bolsonaro, captando el 48 % de la intención de voto, frente a un 34 % que lograría capitalizar el actual presidente en ejercicio.
De cara a las elecciones del domingo, uno de los principales interrogantes, es si Lula logrará alcanzar sobrepasar la barrera del 50 % de los votos válidos para asegurar su triunfo en primera vuelta.
En caso de no conseguirlo, y forzar una segunda vuelta con quien quede segundo; para el caso de las proyecciones, el presidente Bolsonaro, estas votaciones se realizarían el 30 de octubre, apenas un mes después.
Recordando la transición de poder de 2002, cuando resultó victorioso en las urnas, Lula afirmó que en aquel entonces esa fue “extraordinaria y pacífica”, situación que reconoce, no será igual de fácil en el caso de la derrota de Bolsonaro.
De cara a las elecciones, este viernes, el candidato Lula expresó a través de sus redes sociales que “esta es posiblemente la elección más importante de la historia”, advirtiendo también que es importante acudir a las urnas, animando a las personas que están pensando no hacerlo porque se sienten desanimadas a que no lo hagan. “Levántate y ve a cumplir con tu deber cívico.”.
En medio de la carrera por la presidencia, la polarización en Brasil ha tomado peligrosos tintes y ya deja dos personas muertas; en los dos casos, simpatizantes de Lula, quienes perdieron la vida en medio de discusiones políticas que escalaron a los golpes, e incluso a las armas, siendo sus victimarios simpatizantes de Bolsonaro.
*Con información de AFP