Donald Trump trató este miércoles, 14 de agosto, de recalibrar su campaña para volver a la Presidencia de Estados Unidos con un mitin en Carolina del Norte enfocado en la economía, pero pasó apuros para mantenerse enfocado en un tema prioritario para los votantes.
Trump abrió su discurso con ataques a los medios de comunicación, y ventiló su malestar por el hecho de que los demócratas hayan sustituido al presidente, Joe Biden, con la vicepresidenta, Kamala Harris, para que sea su candidata presidencial. Dijo que San Francisco —donde Harris fue fiscal de distrito— es una ciudad “inhabitable”, y atacó a su rival en términos muy personales, cuestionando su inteligencia y diciendo que tiene “la risa de una persona desquiciada”.
“¿Saben por qué no ha dado una entrevista? No es lista. No es inteligente. Y ya hemos tenido suficiente de eso con este tipo, el corrupto Joe”, dijo Trump, utilizando el apodo con el que frecuentemente se refiere a Biden.
Trump dijo que sus asesores querían que se enfocara en las preocupaciones económicas, pero señaló que “no está seguro” de estar de acuerdo en que la economía sea el tema más importante de las elecciones.
Trump pronunció su discurso en el Harrah’s Cherokee Center, un auditorio del centro de Asheville, con el podio flanqueado por más de una docena de banderas estadounidenses y telones de fondo personalizados en los que se leía: “no al impuesto al seguro social” y “no al impuesto a las propinas”.
Los republicanos han estado esperando que Trump se enfoque más en la economía que en los argumentos y ataques dispersos que ha lanzado contra Harris desde que los demócratas decidieron que fuese su candidata. Dos veces la semana pasada, Trump prácticamente dejó ir esas oportunidades, primero en una conferencia de prensa de una hora en su mansión Mar-a-Lago en Florida y luego en una conversación de dos horas y media en X con el director general de esa plataforma, Elon Musk.
Cuando se apegó al guion el miércoles, Trump contrastó el estado actual de la economía de Estados Unidos con el de su propia presidencia, y preguntó: “¿Hay algo que cueste menos bajo Kamala Harris y el corrupto Joe?”.
“Kamala ha declarado que reducir la inflación será una ‘prioridad desde el primer día’”, dijo Trump. “Pero el primer día de trabajo para Kamala fue hace tres años y medio. ¿Por qué no lo ha hecho?”, añadió.
Durante todo su discurso, Trump alternó entre sus comentarios ya preparados y sus ataques habituales, a menudo desviándose del teleprompter (apuntador electrónico) mientras explicaba una nueva promesa económica y de repente algo le generaba un pensamiento distinto. Leyó los comentarios preparados de forma nítida y rápida, y el resto del discurso se apegó más al estilo que lo caracteriza de tocar diversos temas, acompañado con gesticulaciones e hipérboles.
En más de una ocasión pasó de contrastar sus políticas con las de Harris a otro ataque a la ciudad natal de ella, San Francisco. También señaló varias veces que fue Biden, y no Harris, quien obtuvo los votos en las primarias demócratas. Durante una parte de su discurso dedicada al tema energético, le lanzó una aparente indirecta a Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, y a su “laptop del infierno”.
En cuanto Trump se comprometió a reducir los precios de los energéticos “a la mitad, al menos a la mitad” en un plazo de 12 meses o “un máximo de 18″, se salió del guion: “Si no resulta, ustedes dirán: ‘bueno, yo voté por él y de todas formas los redujo mucho’”.
El intento más reciente de recalibrar su campaña lo llevó a cabo en el estado que le dio su margen de victoria más estrecho hace cuatro años y el cual se pronostica que vuelva a ser sumamente reñido en 2024. El interrogante para el equipo de campaña de Trump es si el exmandatario logrará apegarse al tema económico, especialmente para culpar a Harris de las consecuencias de la inflación, en vez de caer en sus habituales discursos vehementes y exposición de agravios.
*Con información de AP.