Los estadounidenses eligen nuevo presidente y vicepresidente el próximo martes 5 de noviembre, en una campaña que se ha podido catalogar como una de las más agresivas de la historia del país norteamericano.
Los ciudadanos elegirán al nuevo presidente a través de Colegio Electoral, en vez de hacerlo mediante el voto popular nacional, lo que significa que para ganar, la candidatura de un partido debe obtener la mayor cantidad de votos en suficientes estados como para alcanzar una mayoría absoluta de votos electorales: al menos 270 de un total de 538.
Una de las posibilidades que se ha barajado es que ninguno de los candidatos consiga la mayoría, con un empate de 269 a 269. También es posible que otros partidos consigan suficientes votos electorales para impedir que se alcancen los 770 requeridos.
Sin importar como suceda, si Donald Trump o Kamala Harris no consiguen obtener la mayoría, la Constitución de los Estados Unidos le exige al Congreso que lleve a cabo la selección del presidente a través de una “elección contingente”.
Cuando esto ocurre, la Cámara de Representantes elegirá al líder ejecutivo, pero sin basarse en el voto de toda la cámara, sino en las preferencias de cada estado.
Esto quiere decir que un candidato necesita el apoyo de la mayoría de 26 delegaciones estatales (de 50 para ganar) y el Senado de Estados Unidos, de 100 escaños, elegiría al vicepresidente basándose en el voto de senadores individuales, con 51 votos necesarios para ganar.
Los estados con varios escaños en la Cámara de Representantes tendrían que realizar una encuesta interna entre ellos. Esta encuesta también incluiría a los miembros recién elegidos del Congreso, según el Servicio de Investigación del Congreso, citado por The Independent.
Si esto ocurre, hay una posibilidad de que los representantes de la Cámara voten una vez que los nuevos miembros tomen juramento el 6 de enero.
Para ser elegido presidente, un candidato deberá obtener la mayoría de los votos (al menos 26 de los 50) emitidos en la Cámara.
Si el Congreso determina que no hay mayoría cuando se reúna el 6 de enero de 2025 para certificar los resultados del Colegio Electoral, la Enmienda 12 exige que la Cámara elija “inmediatamente” al presidente de entre no más de los tres candidatos que obtuvieron la mayor cantidad de votos electorales.
La elección no se basa en una simple votación de los 435 miembros de la Cámara en su conjunto, sino que se decide a través de un sistema único por el cual cada estado emite un voto de acuerdo con las preferencias de cada miembro de la delegación de la Cámara de ese estado.
De acuerdo con estas normas, es probable que los republicanos tengan una ventaja en una elección contingente para la Presidencia. La proyección de 538 para la Cámara muestra una competencia cerrada por el control general de la Cámara, que naturalmente depende de qué partido tenga la mayoría de los escaños individuales.
Sin embargo, los republicanos tienen una mayor probabilidad que los demócratas de dominar al menos 26 delegaciones estatales en la Cámara en el próximo Congreso.