Los ojos del mundo están puestos en Francia, que el domingo celebra la primera vuelta de unas elecciones marcadas por el desencanto político, el ascenso de la extrema derecha y la creciente desconfianza hacia los partidos tradicionales.Este año, la cosa no se va a definir entre los conservadores (Les Républicains) y los socialistas, como ocurre desde hace décadas. Por el contrario, los sondeos apuntan a que el próximo presidente de Francia podría pertenecer a un partido que nunca ha estado en el poder. En vísperas de los comicios, cuatro candidatos tienen posibilidades reales de pasar a la segunda ronda, que se celebrará el 7 de mayo. Las combinaciones incluyen a la extrema derecha y a la izquierda radical, candidatos eurófobos, gente cercana al presidente ruso, Vladimir Putin, y hasta abanderados del continuismo. Sin embargo, la regla es la incertidumbre y la única cábala razonable es que ningún candidato logrará la mayoría de los votos necesarios para evitar el balotaje.Le recomendamos: Elecciones en Francia: una atípica carrera por el Eliseo¿Quiénes son los candidatos?
Nueve hombres y dos mujeres quieren ocupar el sillón presidencial del Palacio del Elíseo. De ellos, los siguientes cinco están prácticamente empatados en las encuestas.
Marine Le Pen, Frente NacionalCon un discurso antiinmigración y antieuropeo, la candidata de ultraderecha lideró las encuestas hasta finales de febrero, cuando la alcanzó el independiente, Emmanuel Macron. Su misión de cambiarle la cara a su partido ha surtido efecto y su discurso a favor de una “una Francia más francesa” ha cautivado a quienes creen, como ella, que la mejor solución contra la crisis es la protección de las fronteras y la recuperación de la nación como un país independiente.Emmanuel Macron, ¡En Marcha!Con 39 años, es el más joven de la contienda. Hace tres años, cuando fue nombrado ministro de Economía de Hollande, era un desconocido para la mayoría de sus compatriotas. Sin embargo, con su bajo perfil y su candidatura independiente y de centro ha ido escalando en las encuestas, ayudado en gran parte por los escándalos de sus contrincantes. Durante su campaña se ha mostrado ser un convencido europeísta. También, un partidario de reenfocar el gasto público en infraestructura, y no en la asistencia social.Jean-Luc Mélenchon, Francia InsumisaEl candidato de la izquierda radical es un exsocialista de 65 años que se ha convertido en una de las grandes sorpresas de la campaña. En un mes duplicó su intención de voto y hoy le disputa el tercer lugar al derechista Fillon. Este admirador de la izquierda latinoamericana está promoviendo un programa anticapitalista a través de una "revolución ciudadana". Cuenta con el apoyo del Partido Comunista.François Fillon, Los RepublicanosEstuvo relegado durante años a un segundo plano. Sin embargo, el primer ministro de Nicolas Sarkozy entre 2007 y 2012 desafió los pronósticos y se impuso como el candidato presidencial en las primarias de su partido. Su clave es un programa que combina un enfoque liberal en lo económico y conservador en lo social. Este católico conservador de 63 años perdió sin embargo su condición de gran favorito cuando estalló un escándalo de corrupción, en el que habría firmado contratos ficticios para emplear a su esposa e hijos en el Parlamento. Está imputado por malversación de fondos y apropiación indebida de bienes sociales.Benoît Hamon, Partido SocialistaQuizás el que menos posibilidades tiene de alcanzar la segunda rueda. Efímero ministro de Educación, dejó el gobierno de François Hollande en 2014 descontento con la "deriva liberal" del ejecutivo socialista. Poco después se lanzó a la carrera a la presidencia abogando por "un nuevo modelo de desarrollo". De 49 años, derrotó al primer ministro, Manuel Valls, en las primarias de su partido. Sin embargo, ha sido abandonado por los votantes socialistas y los sondeos no le dan más del 10% de la intención de voto. Con un programa innovador, propone la creación de una renta básica universal para afrontar el desempleo. Sin embargo, la baja popularidad de su copartidario Hollande puede ser su principal obstáculo.Los ejes de la campañaAunque son varios los problemas que han abordado los candidatos franceses durante la campaña, han sido tres los que han resaltado de la mayor parte de sus discursos políticos: la posición de Francia frente a la Unión Europea (UE), la inmigración y el terrorismo. Estos han sido los caballos de batalla de todos los candidatos y cada uno de ellos tiene una posición diferente frente a estos temas. Europa
Dentro de los cuatro candidatos más opcionados por llegar a la segunda vuelta, son dos –curiosamente de corrientes ideológicas opuestas– quienes critican con fervor a Europa y proponen una renegociación del papel de Francia en la Unión Europea.Durante su campaña, la ultraderechista Marine Le Pen y el izquierdista radical Jean-Luc Mélenchon han coincidido al criticar a Bruselas por haber impuesto la austeridad presupuestaria. A su vez, ambos defienden la salida de la UE si unas eventuales negociaciones no conducen a una transformación de fondo.Otros candidatos, como Hamon y Macron desean transformar el papel de Francia en la UE sin las amenazas de un ‘Frexit’. Ambos proponen un Parlamento de la zona euro e inversiones europeas masivas. Por su parte, el candidato conservador, François Fillon, ha dicho que renegociará los acuerdos Schengen. Inmigración e islam
Los candidatos de derecha como Fillon y Le Pen abogan por una política restrictiva sobre la inmigración, con medidas que restrinjan el reagrupamiento familiar, las prestaciones sociales para los inmigrantes y la concesión de la nacionalidad francesa.En la izquierda, por el contrario, la inmigración o el asilo no son temas importantes. Sin embargo, Hamon ha propuesto un visado humanitario para los refugiados. Junto con Mélenchon, has propuesto el derecho al voto para los extranjeros. El centrista Macron ha dicho que no respalda esa iniciativa. Seguridad
Las elecciones del domingo están marcadas por el extremismo yihadista. Desde el ataque a la revista satírica "Charlie Hebdo" en 2015, el terror ha dejado 240 víctimas fatales. Las últimas, en los Campos Elíseos el jueves 20 de abril, cuando un miembro de Estado Islámico abrió fuego contra un grupo de policías.Los candidatos de derecha, Le Pen y Fillon, han apostado por medidas de disuasión, condenas más duras y una ampliación de las cárceles. La dirigente del Frente Nacional ha propuesto incluso expulsar de oficio a los extranjeros que cometan delitos. Mélenchon defiende por su parte el levantamiento del Estado de excepción que rige desde los atentados de París en 2015. Macron se sitúa a medio camino: apoya ampliar las prisiones pero está en contra de prolongar el estado de excepción. Salvo François Fillon, estos candidatos apoyan la creación de más puestos en la Policía. ¿Qué dicen las encuestas?
Francia se encamina a una de sus elecciones más imprevisibles de todos los tiempos. Con un cuádruple empate entre Macron, Le Pen, Fillon y Mélenchon, todo parece indicar que puede haber un ‘voto-finish’ de cara a la segunda vuelta:Según el sondeo Ifop-Fiducial publicado el jueves 20 de abril, Macron aumentó hasta el 24 % las intenciones de voto, mientras que Le Pen ha perdido terreno y hoy sería la preferida del 22,5 %.Puede leer: Todos contra Marine Le PenEl conservador Fillon, que se mantiene en la carrera presidencial pese a haber sido imputado en marzo por desvío de fondos públicos, y el líder de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, que ha registrado un sorprendente salto en las encuestas, les pisan los talones, con casi un 20%.Y aunque la mayoría de sondeos muestran una tendencia similar, la realidad es que al situarse los cuatro aspirantes dentro del margen de error, es difícil pronosticar quién se quede por fuera de la segunda vuelta.Sin embargo, en las últimas elecciones de 2012 las encuestas se equivocaron. Las previsiones de la izquierda moderada y la derecha moderada fueron correctas, mientras que con el pronóstico para la extrema izquierda y la extrema derecha erraron. Se pronosticaba más apoyo para la izquierda de Jean-Luc Mélenchon. Esos votos luego fueron hacia Marine Le Pen. Esto llevó a que Le Pen lograra hace cinco años una histórica votación, aunque eso no apareciese en las encuestas.