El primer ministro socialista portugués Antonio Costa alcanzó una inesperada mayoría absoluta en las elecciones anticipadas del domingo, lo que le permitirá gobernar en solitario, según los resultados oficiales.

Los socialistas alcanzaron 117 de los 230 escaños del parlamento, seguidos por 71 puestos del centroderechista PSD, contradiciendo a las encuestas que proyectaron una votación estrecha.

Con el resultado, Costa no dependerá más de los dos partidos de izquierda radical que lo acompañaron desde 2015 y podrá formar un gobierno con solo su Partido Socialista (PS izquierda).

Aun quedan por asignarse cuatro escaños en los próximos días por los votos emitidos en el exterior.

“Una mayoría absoluta no es poder absoluto, gobernar en solitario... es una responsabilidad mayor”, declaró Costa a sus seguidores en el cuartel de campaña de su partido.

“Las condiciones han sido creadas para hacer inversiones y reformas para que Portugal sea más próspero, justo e innovador”, agregó.

El resultado contraría la tendencia de otros países europeos, como Grecia y Francia, donde los socialistas han perdido fuerza electoral.

Extrema derecha en alza

Cuando esperaba crear la sorpresa, la principal fuerza de oposición, el Partido Socialdemócrata (PSD, derecha) de Rui Rio, ex alcalde de Oporto de 64 años, quedó en segundo lugar con 71 escaños.

El que creció fue el partido Chega, de extrema derecha, convertido en la tercera fuerza electoral con 12 escaños, desde un solo asiento en la legislatura saliente.

“Todo va a ser diferente en el parlamento”, declaró a sus seguidores André Ventura, un ex comentarista deportivo.

“De ahora en adelante no habrá oposición blanda. Asumiremos el papel de ser la verdadera oposición a los socialistas ... y de restaurar la dignidad en este país”, agregó Ventura.

El dirigente socialista Costa se enorgullece de haber “pasado página a la austeridad” presupuestaria aplicada por la derecha tras la crisis financiera mundial, con la alianza histórica de 2015 con las formaciones de izquierda radical, Bloque de Izquierdas y los comunistas.

Pero, cuando el gobierno minoritario contaba también con “pasar la página de la pandemia” gracias a una cobertura de vacunación récord y la llegada de los fondos de relanzamiento económico europeos, sus aliados rechazaron su proyecto de presupuesto para 2022, lo que desencadenó la convocatoria de elecciones anticipadas.

Cuando su fecha fue fijada, hace tres meses, los sondeos daban al PS de Costa 13 puntos de ventaja sobre su principal opositor, el PSD.

Las encuestadoras auguraban un “empate técnico”.

“Espero que todo el mundo se sienta seguro para ir a votar”, había declarado el domingo Costa, quien depositó su papeleta el pasado fin de semana, como también hicieron 300.000 electores, en una votación adelantada organizada a causa de la crisis sanitaria.

Con uno de cada diez portugueses en cuarentena, el nivel de participación de las elecciones, las terceras organizadas en Portugal en pandemia, era un factor de incertidumbre.

“Voté por los socialistas pues los necesitamos en este momento difícil”, dijo a la AFP Manuel Pinto, ex ebanista de 68 años en Lisboa.

“Quise votar por la mañana temprano, en primer lugar por seguridad, pues hay menos gente”, declaró Duarte Raposo, un directivo de 33 años, a la salida de una oficina de votación de Almada, al sur de Lisboa.

El balance de gobierno “no es muy bueno, pero con el covid no se puede esperar mucho más”, estima por su parte Isabel Rodrigues, una residente de Lisboa, de 50 años.

Pese a un “cierto desencanto” hacia el Partido Socialista, la mayoría de electores cree que Costa tiene “más competencia y experiencia para gobernar” que Rio, un economista apreciado por “su franqueza y su autenticidad”, afirma la politóloga Marina Costa Lobo.

Con información de AFP