Rusia se encuentra adoptando medidas para “minimizar” el impacto provocado por el embargo sobre el petróleo que fue acordado por la Unión Europea a raíz de la guerra en Ucrania, señaló durante este miércoles el Kremlin.

En consecuencia, no se descarta que estas acciones traigan consecuencias negativas para el continente europeo. Pese a ello, aún hay opciones para minimizarlas.

“Estas sanciones tendrán un impacto negativo para Europa, para nosotros y para el conjunto del mercado energético mundial. Pero hay una reorientación (de la economía rusa) que nos permitirá minimizar las consecuencias negativas”, declaró Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, a través de una rueda de prensa.

El lunes 30 de mayo los dirigentes de la Unión Europea, asociación económica y política formada por varios países del continente, acordaron un embargo de carácter tendencioso y de manera parcial para las importaciones de petróleo ruso antes de que termine este 2022.

Respecto a naciones puntuales, la capital de Bélgica, Bruselas, confía así privar a Rusia de una parte de sus ingresos energéticos que le permiten financiar la guerra en Ucrania, la cual aún continúa y por la que Estados Unidos sigue enviando avanzada ayuda militar.

En ese orden, esta medida ingresa a la lista de sanciones en contra del país invasor. Específicamente, al sexto paquete de restricciones en la que también está añadida la exclusión del sistema SWIFT de tres bancos rusos.

Es necesario anotar que Moscú suele relativizar el impacto de las sanciones occidentales sobre su economía.

Así las cosas, a pesar del embargo parcial del crudo, Rusia aún tiene en su poder las exportaciones de gas a Europa, esta práctica y servicio es mucho mayor y trascendente que la del petróleo. Sin embargo, no todo está en los mejores términos económicos, puesto que tras la invasión a Ucrania, las exportaciones de este servicio bajaron en un 27,6 % y esto golpea de forma directa a la Unión Europea.

Por otro lado, hay otra área que se ha visto afectada con el conflicto y es la exportación de alimentos. De hecho, este miércoles, el papa francisco hizo un llamado al mundo en el que pide que el trigo no se utilice como arma de guerra.

Debido a la situación del conflicto que ya lleva meses y que hace poco se dio a conocer que Rusia controla “la mayor parte” de Donbás, el bloqueo de las exportaciones de trigo en Ucrania es una problemática que podría afectar la alimentación mundial.

Un ramo de espiguillas doradas maduras de trigo atado con una cinta amarilla y azul en el fondo de la bandera de Ucrania. Símbolo de país. | Foto: Getty Images

Los constantes ataques efectuados por Rusia y las sanciones que ha recibido este país han terminado socavado el equilibrio alimentario mundial, razón por la cual se ha dicho que hay una amenaza de hambruna o carencia alimentaria en varias naciones, en especial aquellas que están ubicadas en continente africano y asiático.

Debido al bloqueo impuesto por el ejército ruso en el Mar Negro, que paraliza el estratégico puerto de Odesa, Ucrania ―uno de los graneros del mundo― busca, como sea, exportar un aproximado de 20 millones de toneladas de cereales almacenados en sus silos.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) teme “un huracán de hambruna” en los países africanos que importan más de la mitad de su trigo de Ucrania o Rusia. También se estima que 5,2 millones de niños necesitan ayuda humanitaria a causa de la guerra.

En un momento se contempló que el trigo del Cono Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) podría de alguna manera ser de sustento y contribuir a llenar la brecha entre la demanda y oferta mundial.

No obstante, factores como el clima, los costos y las necesidades internas de consumo, descartaron la viabilidad de esta posibilidad, de acuerdo con varios expertos de la región.

*Con información de AFP