La tasa de natalidad de China en 2020 alcanzó otro mínimo histórico y no hay indicios de mejorar pronto.
Según el último informe anual de la Oficina Nacional de Estadísticas chino, hubo 8,5 nacimientos por cada mil personas en 2020, lo que representa la cifra más baja desde la fundación del país comunista en 1949, según datos oficiales.
El censo nacional del país, que se realiza una vez al año, reveló en mayo que solo nacieron 12 millones de bebés el año pasado, una caída de 18 % respecto a los 14,65 millones de 2019.
Los demógrafos han predicho durante mucho tiempo que China comenzará a experimentar un declive de la población en las próximas décadas. Sin embargo, algunos expertos ahora se preocupan de que pueda llegar mucho antes de lo esperado.
Basándose en los datos más recientes publicados por los gobiernos locales de China, se predice que el número de recién nacidos estará entre 9,5 y 10,5 millones este año.
Dado que en los últimos años ha habido un promedio de unos diez millones de muertes anuales, “si el número de recién nacidos se acerca al límite inferior de la predicción, eso significa que la población está destinada a registrar un crecimiento negativo”, escribió He Yafu, demógrafo independiente de Guangzhou consultado por CNN.
En China el descenso de natalidad ha sido especialmente pronunciado debido a su política de décadas de duración de un solo hijo. Para detener esta caída, el Gobierno chino anunció en 2015 que permitiría a las parejas casadas tener dos hijos, pero la tasa de natalidad nacional ha ido cayendo año tras año.
La tasa de fertilidad de China se situó el año pasado en tan solo 1,3, una de las más bajas del mundo e incluso inferior al 1,34 de Japón.
El rápido envejecimiento de la población y la reducción de la mano de obra podrían perjudicar gravemente la estabilidad económica y social de China. “Dañará a China financieramente, porque hay que mantener a mucha más gente mayor con menos gente joven”, dijo James Liang, profesor de investigación de economía en la Universidad de Beijing consultado por CNN.
Una sociedad que envejece también ejerce una enorme presión sobre la generación más joven del país, que ya está posponiendo cada vez más el matrimonio, o incluso evitándolo por completo.
Aunque algunas ciudades han ofrecido incentivos en efectivo, Liang dijo que depender solo de los gobiernos locales no es suficiente. En su lugar, el gobierno central debería dedicar un determinado porcentaje del PIB del país a proporcionar subsidios financieros a las familias, ya sea en forma de pago en efectivo, incentivos fiscales u otros beneficios de la seguridad social señalan los expertos.
Pero también hay problemas estructurales más arraigados que hay que abordar. Los elevados precios de la propiedad en China y el aumento de los costes de la educación, especialmente en las grandes ciudades, se han citado con frecuencia en las encuestas como los principales factores que impiden a las parejas tener más hijos.
Ambos sectores se encuentran en el foco de atención este año, con la crisis de la deuda que rodea al gigante inmobiliario Evergrande y la amplia represión del Gobierno chino sobre el sector de las clases particulares.