Una corte federal de Estados Unidos mantuvo el viernes la suspensión de un mandato del gobierno de Joe Biden que obliga a las grandes empresas a vacunar a los empleados contra la covid-19.
El panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Nueva Orleans confirmó una orden de la semana pasada que impidió la entrada en vigencia del mandato, pues “excede extremadamente” las atribuciones del Gobierno.
De mantenerse, el bloqueo representaría un gran revés para uno de los esfuerzos de mayor alcance e impacto de Biden para asegurar la inmunización generalizada de los trabajadores estadounidenses antes de un invierno en el que se espera un resurgimiento de la covid-19.
Biden había fijado plazo hasta el 4 de enero para que las empresas aseguraran la vacunación completa de sus empleados, algo que afectaría a más de dos tercios de la fuerza laboral del país.
Pero el tribunal no se pronunció sobre la validez del mandato, que se aplicaría a empresas con más de 100 trabajadores, aunque consideró improbable que supere un recurso constitucional.
“Los pedidos de impugnación del mandato tienen gran probabilidad de éxito en cuanto al fondo, hecho que pesa fuertemente a favor de una suspensión”, escribió el juez Kurt D. Engelhardt.
Estimó que, de no otorgarse la suspensión, podría haber un “daño irreparable” para los empleados y peticionarios, que incluyen cinco estados fuertemente republicanos –Texas, Luisiana, Carolina del Sur, Utah y Misisipí–, así como varias empresas privadas y grupos religiosos.
Engelhardt agregó que el mandato impone una “sobrecarga a la libertad” de aquellas personas reacias a inocularse a elegir entre su trabajo o la vacuna.
El fallo requiere que la suspensión permanezca vigente hasta que se revise la solicitud de impugnación permanente.
Los mandatos de vacunación obligatoria tienen una larga historia en Estados Unidos, pero generalmente han sido emitidos por ciudades o estados.
En este caso, lo que está en cuestión es la constitucionalidad de que un presidente emita un mandato tan amplio a nivel nacional.
“La vacunación es el mejor camino para salir de esta pandemia”, dijo Biden sobre la orden.
Y las empresas “tienen más poder que nunca para acelerar” esa salida, “salvar vidas y proteger nuestra recuperación económica”, agregó.
El texto suspendido deja al empleador tomar las medidas que considere adecuadas, incluyendo sanciones, contra quienes se resisten a las vacunas y las pruebas regulares. Las empresas que no quisieran implementar la obligatoriedad se exponen, según la norma, a una multa de entre 13.000 y 136.000 dólares.
La Casa Blanca había anticipado que la nueva regla se imponía en todos los estados, incluyendo aquellos que han adoptado leyes prohibiendo a los empleadores exigir la vacunación, mascarillas o pruebas anticovid.
Sin embargo, en el país de las libertades individuales, la medida desata críticas en la oposición republicana, que denuncia una “dictadura”.
Varias empresas, entre ellas el gigante cárnico Tyson Foods o la aerolínea United Airlines, ya habían preparado el terreno al imponer estas obligaciones a sus empleados desde finales de septiembre.
Hasta el momento, cerca del 68 % de la población estadounidense y el 81 % de los adultos han recibido al menos una dosis de la vacuna.
*Con información de la AFP.