Un proyecto de ley para prohibir las terapias de conversión de homosexuales, muy extendidas entre la extrema derecha y en ámbitos religiosos, fue aprobado por unanimidad en la Asamblea Nacional de Francia.
La iniciativa, a la que resta un debate en el Senado, prevé una pena contra los supuestos terapeutas de hasta dos años de cárcel y 30.000 euros de multa (unos 131 millones de pesos colombianos), e incluso tres años de cárcel en caso de reincidencia.
La norma prohíbe las “prácticas, comportamientos o declaraciones repetidas destinadas a modificar o reprimir la orientación sexual o la identidad de género” de una persona con el fin de “alterar su salud física o mental”.
El proyecto fue presentado por el partido macronista y apoyada por el Gobierno, y contó con el respaldo de todos los partidos.
Con esta iniciativa, se busca prohibir practicas como la hipnosis aplicada a homosexuales, la abstinencia o el exorcismo.
Sin embargo, se advirtió que el trámite de la ley podría dificultarse si el Senado no acelera su adopción, puesto que en febrero próximo se cierra el periodo de sesiones para dar paso a la campaña presidencial.
Fuentes parlamentarias señalaron a la agencia AFP que consideran que depende de “la actitud” de este órgano y que el proyecto “no sirve para nada legal, sino que permite alertar y recordar que es ilegal, mientras algunas estructuras hacen creer lo contrario”.
Entre las asociaciones LGBT y la sociedad civil, la movilización se ha intensificado. A finales de abril, los cantantes Eddy de Pretto y Hoshi, muy populares entre los jóvenes, pidieron a los diputados que tomaran medidas. En las redes sociales, el apoyo crece bajo el hashtag #RienAGuerir, llamado así por un colectivo de víctimas lanzado en 2020.
Entre tanto, la asociación Le Refuge, especializada en la acogida y el apoyo a las víctimas de la homofobia, explicó a los parlamentarios que recibe unas diez llamadas al mes sobre este tema.
En Europa, Malta y Alemania ya han prohibido estas “terapias” de conversión. En los Países Bajos y el Reino Unido se están tomando medidas similares. En Canadá, los diputados aprobaron un proyecto de ley en este sentido a finales de junio.
Se avanzó en el proyecto de ley permitiría que según señaló la ministra interina de la Igualdad, Elisabeth Moreno, busca “salvar vidas”.
“No hay nada que curar. Ser uno mismo no es un crimen, no se debe buscar cambiar la identidad de género o la orientación sexual de las personas”, sostuvo Moreno.
Se distinguen estas llamadas “terapias” en tres categorías: “religiosas”, con llamadas a la abstinencia y sesiones de “exorcismo”; “médico” con tratamientos hormonales, hipnosis o incluso terapia de electroshock; y “social” mediante el uso de “matrimonios forzados” heterosexuales.
Este tipo de actos ya pueden ser juzgados a través de la violencia deliberada, el abuso de debilidad, la práctica ilegal de la medicina, el acoso o la discriminación.
Como se recuerda, en 2019 la diputada Laurence Vanceunebrock, del partido mayoritario LREM, y su colega de izquierda Bastien Lachaud, citaron un “centenar de casos recientes” y se alarmaron del “aumento de las denuncias”.
Sin embargo, Vanceunebrock considera que es necesario crear una infracción específica para poder valorar mejor el fenómeno y apoyar a las víctimas ante la dificultad de presentar una denuncia y el “agarre” de ciertas personas de su entorno.
Con información de AFP.