Con más de 2 millones de vacunas suministradas, el país se ha convertido en un modelo para el resto del mundo. ¿Qué hicieron mejor que los demás?
En abril de 2019, mientras el resto se debatía en el real alcance de la covid-19, el gobierno de Israel ya sostenía las primeras reuniones con el laboratorio farmacéutico Moderna. Hoy, cuando el mundo enfrenta una segunda ola con nuevas cepas más letales que la primera, el país del medio oriente ya ha vacunado a más de 2 millones de personas. Los resultados ya son visibles. Según el ministro de Salud, Yuli Edelstein, las vacunas de Pfizer muestran un descenso del 50 por ciento de los contagios.
Sin duda, uno de las razones del éxito en la reducción de contagios se debe a que Israel es el país con la tasa de vacunación más alta del mundo: 11,55 dosis por cada 100 habitantes. Le siguen, muy lejos, Emiratos Árabes, Bahrein, Estados Unidos y Dinamarca. Para el 10 de enero de 2021, el 20% de la población (un millón 817 mil personas) ya habían sido vacunadas.
Uno de los grandes retos de la vacunación fue el almacenaje de las vacunas, que deben conservarse a una temperatura de -80 grados centígrados. Las autoridades de ese país destinaron un único espacio: el centro de almacenaje de una farmacéutica, con una buena localización. También ayudó el hecho de que la población de Israel no supera los 9 millones de habitantes, lo que hace más sencilla la operación de transporte y almacenaje de las vacunas.
Un factor clave es el dinero. Israel pagó 40 por ciento más por las vacunas que otros países, como Estados Unidos y los de la UE, con tal de garantizarse dosis a tiempo. Algunos consideran que la cruzada contra las vacunas es un caballito de batalla del primer ministro Benjamín Netanyahu para ganar las elecciones que se llevarán a cabo en marzo.
Israel cuenta con un sistema de salud por el que los ciudadanos pagan el 4,8 por ciento de sus salarios y que cubre desde medicina preventiva hasta trasplantes. Los seguros son administrados por cuatro aseguradoras que se han encargado de coordinar la estrategia de vacunación. Primero enviaban mensajes de textos a las personas mayores de 60 años para informarles que se podían vacunar, luego abrieron inscripciones en línea. Ahora basta con acudir a un centro de vacunación para recibir la dosis.
De 8 a.m. a 10 p.m., los centros de vacunación se encuentran abiertos para recibir a los ciudadanos. El más grande es el coliseo País Arena, un recinto de deportes situado en Jerusalén con capacidad para 11 mil espectadores. El país se ha trazado una ambiciosa meta: haber vacunado a toda la población mayor de 16 años cuando finalice el mes de marzo.