La megacárcel de El Salvador conocida como Cecot, Centro de Confinamiento del Terrorismo, un reclusorio que acogerá a cerca de 40.000 privados de la libertad, fue noticia este viernes 26 de febrero por la llegada de los primeros 2.000 pandilleros al centro de reclusión.

“Esta será su nueva casa, donde vivirán por décadas, mezclados, sin poder hacerle más daño a la población”, fue lo que escribió en sus redes sociales el presidente de El Salvador Nayib Bukele, compartiendo imágenes en las que se puede ver la rigurosidad del dispositivo policial que permitió el tránsito de estos delincuentes desde sus anteriores sitios de prisión, hasta la Cecot, gracias a los guardias de seguridad.

Y es que en esta nueva cárcel de Bukele, los protagonistas no son los presos, son los guardias, por eso desde el anuncio de su construcción se han dado a conocer las condiciones para cientos de guardias que trabajan y residen allí.

Durante la presentación del penal, el presidente mostró cómo serán las áreas de comedor, los baños y las facilidades que tendrán los guardias. “Antes, en lugar de castigar al malo, castigaban al bueno, premiaban al delincuente”, señaló Bukele, para expresar que las fuerzas del Estado que trabajen en esa cárcel tengan una vida digna. | Foto: Restringido

Los guardias de la megacárcel de Bukele

De acuerdo con la información socializada por el gobierno de Bukele durante la entrega de la cárcel, son 600 los efectivos de la fuerza armada de El Salvador, y 250 los policías, que apoyarán 24 horas al día, los siete días a la semana, en las tareas de seguridad de la cárcel, para atender cualquier posible disturbio.

Los guardias que estarán a cargo de la vigilancia de los reos, están armados con pistolas y fusiles de asalto. Contarán con todo tipo de armería, para cualquier tipo de intervención que deban llevar a cabo.

Además, el personal de seguridad que trabaje allí, tendrá a su disposición una cafetería, camas, un área de recreación y un gimnasio.

El personal de seguridad que trabaja allí tiene a su disposición una cafetería, camas, un área de recreación y un gimnasio. | Foto: AFP or licensors

Durante la presentación del penal, el presidente mostró cómo serán las áreas de comedor, los baños y las facilidades que tendrán los guardias. “Antes, en lugar de castigar al malo, castigaban al bueno, premiaban al delincuente”, señaló Bukele, para expresar que las fuerzas del Estado que trabajen en esa cárcel tengan una vida digna.

“Antes los presos tenían prostitutas y play station”, dijo el primer mandatario durante ese primer recorrido el pasado 1 de febrero, antes de la primera llegada de los presos.

Son 600 los efectivos de la fuerza armada de El Salvador, y 250 los policías, que apoyarán 24 horas al día, los siete días a la semana, en las tareas de seguridad de la cárcel, para atender cualquier posible disturbio. | Foto: Secretaría de prensa de la Presidencia de El Salvador

La llegada de los primeros presos

En el video compartido por Bukele se puede ver el estricto modelo de seguridad bajo el que estarán vigilados los presos, con el objeto de que el programa carcelario planteado por Bukele realmente llegue al término esperado por el Gobierno de su país.

“Antes, en lugar de castigar al malo, castigaban al bueno, premiaban al delincuente”, señaló Bukele, para expresar que las fuerzas del Estado que trabajen en esa cárcel tengan una vida digna. | Foto: Secretaría de prensa de la Presidencia de El Salvador

Así, según expresó el mismo Bukele, en su nueva prisión los reos estarán dispuestos en igualdad de condiciones, dejando atrás las diferencias que algún día los fragmentaron en las denominadas maras o clanes enemigos, bajo un modelo de criminalidad que trascendió incluso fronteras y que se caracterizó por la presencia de tatuajes que identificaban a las distintas agrupaciones.

Ahora todos los presos de las diferentes pandillas están mezclados y esas marcas en la piel que antes mostraban su afiliación a una u otra pandilla, han perdido su carácter disuasorio o diferenciador.

En el video difundido por Bukele con ocasión del traslado del primer grupo de reos a la ahora icónica prisión, que es actualmente la más grande de América Latina, se puede apreciar como los detenidos fueron todos rapados y dispuestos en uniformidad con el uso de un mismo modelo de ropa: una pantaloneta blanca, nada más, sin ningún objeto personal o ropa adicional a esta prenda.

Las autoridades salvadoreñas han hecho énfasis en que la reclusión debe ser un castigo a los presos. En entrevista con revista SEMANA, el viceministro de Justicia de El Salvador dijo: “los terroristas sabrán que este es un sitio de castigo, que no tienen ninguna clase de beneficio, no tendrán más compañía que esta plancha de cemento y el baño. No verán la luz del día, estarán completamente aislados; así evitaremos que salgan nuevamente a la sociedad y causen el daño que hicieron por décadas”.