La crisis carcelaria que enfrenta Ecuador ha llamado notablemente la atención del gobierno nacional con una alarmante cifra de muertos que ha incrementado notablemente llegando a 400 fallecidos desde febrero del 2021. El hecho más reciente dejó diez presos muertos en una de las cárceles más importantes de Ecuador: El Inca.

El Gobierno ecuatoriano atribuyó esta última matanza a una venganza por el traslado a otra unidad penitenciaria en Guayaquil de Jonathan Bermúdez, alias Primo, cabecilla de la banda delincuencial Los Lobos.

El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI) emitió un comunicado en el que “repudia” el “mortal atentado” en la capital de Ecuador al director del centro penitenciario El Inca, Santiago Loza Moscoso. El SNAI envió un mensaje de condolencia a sus familiares y amigos.

Según fuentes de la Dirección de Muertes Violentas, los autores del ataque se desplazaban en una moto y uno de ellos abrió fuego contra el vehículo en el que se desplazaba el directivo de la cárcel quien falleció en su interior a causa de los impactos de bala.

“Hacemos un llamamiento a las entidades encargadas de las investigaciones para determinar las causas y para encontrar a los responsables de este atentado que enluta al sistema penitenciario de Ecuador” aseguró la entidad penitenciaria en el comunicado.

El diario El Comercio de Ecuador, aseguró que las primeras informaciones apuntan a que el director de la prisión de El Inca se desplazaba hacia su lugar de trabajo cuando fue atacado.

Ecuador es escenario de una notoria inseguridad en el sistema penitenciario, que ha dejado ya en los últimos dos años más de una decena de masacres. Los enfrentamientos entre bandas, que combaten por el control del narcotráfico, son una de las razones de esta situación.

El Gobierno nacional decretó hace unos meses el estado de excepción en el conjunto del sistema penitenciario, si bien la medida no parece haber surtido el efecto que el presidente, Guillermo Lasso, esperaba, se han implementado otras medidas en el interior de las cárceles como el censo de presos o sistemas de inteligencia artificial.

A principios del mes de noviembre y como parte de la “guerra abierta” del Gobierno contra el narcotráfico, fuerzas especiales de la Policía continuaron realizando el traslado de líderes de bandas criminales que se encuentran detenidos y han desatado el terror en Guayaquil, unos 1.000 reclusos fueron trasladados a otras celdas.

El presidente de Ecuador Guillermo Lasso dispuso el cambio de pabellón o de prisión de los jefes de las bandas. Cabecillas de los Chone Killer fueron trasladados a La Roca, una cárcel de máxima seguridad con capacidad para 160 internos ubicada en el mismo complejo donde está la Guayas 1.

Tras al asesinato de Loza, el director del SNAI, Guillermo Rodríguez, llamó a la unidad de todas las instituciones del Estado contra la delincuencia. “Hoy es el momento que todo el mundo se alinee”, expresó el funcionario en una declaración divulgada por el organismo.

“¿Queremos un país doblegado ante la criminalidad, ante el narcotráfico, ante la violencia o queremos un país que pueda tener un buen porvenir?”, agregó.

Ecuador afronta un aumento de la violencia desatada por el narcotráfico, que incluye la muerte de fiscales y policías. En 2021, el país decomisó el récord anual de 210 toneladas y en lo corrido de este año las incautaciones alcanzan unas 170 toneladas.

Con información de Europa Press y AFP*