Los británicos lo tienen todo listo para los cuatro días de grandes festejos por los 70 años de reinado de Isabel II, afectada por problemas de salud pero deseosa de impulsar la monarquía en un momento de transición marcado por las crisis.
Tras un Brexit que sumió al país en división política y social, una pandemia que dejó 178.000 muertos y una inflación récord del 9 % que impone estrecheces, para muchos de los 67 millones de británicos esta celebración debe ser un momento de unidad.
Espectaculares desfiles, misa de acción de gracias, carreras de caballos y un concierto pop... los grandes elementos de la cultura británica estarán presentes en este “jubileo de platino”, celebración de las siete décadas pasadas por la reina en un trono al que ascendió en 1952 con solo 25 años.
“Espero que los próximos días sean una oportunidad para reflexionar sobre todo lo que se ha logrado durante los últimos setenta años, mientras miramos al futuro con confianza y entusiasmo”, afirmó la reina, de 96 años, en un mensaje divulgado el miércoles por la noche. Los festejos culminarán el domingo con un té y decenas de miles picnics y comidas al aire libre.
“Los jubileos son acontecimientos antropológicos”, afirma el historiador y biógrafo Robert Lacey, para quien “las fiestas callejeras que la gente organiza (...) son tan importantes como las ceremonias que pasan por televisión”.
“Son un ejemplo de cómo Gran Bretaña se ve a sí misma a través de la monarquía, como un vehículo para nuestra historia, nuestras tradiciones y nuestros valores”, dice a la AFP.
Problemas de salud
Pese a sus 96 años y los múltiples escándalos de la familia real -desde la partida de su nieto Harry y su esposa Meghan a Estados Unidos hasta las acusaciones de agresión sexual a su hijo Andrés-, la reina sigue disfrutando de una enorme popularidad.
Un sondeo del diario The Sun le otorgaba esta semana 91,7 % de opiniones favorables, frente a 67,5 % para el príncipe Carlos, su heredero de 73 años, que asume progresivamente más funciones monárquicas en una progresiva transición.
La salud de su madre provoca preocupación desde que en octubre tuvo que guardar reposo y fue hospitalizada para someterse a “pruebas” médicas. Desde entonces ha sufrido crecientes problemas de movilidad y contrajo un covid-19 que en sus propias palabras la dejó “agotada”.
Canceló su participación en numerosos eventos e incluso fue reemplazada por Carlos en el “discurso del trono” ante el parlamento, una de las más importantes funciones constitucionales de la jefa de Estado.
Pero en las últimas semanas, ha aparecido sonriente en numerosos eventos, alimentando la esperanza de sus admiradores de verla aparecer en el balcón del Palacio de Buckingham.
Algunos de ellos acamparon a sus puertas, sobre los ajardinados laterales del Mall, la gran avenida londinense que conduce al palacio, durante días. Y soportaron con buen humor la violenta tormenta con lluvia torrencial que el martes se abatió sobre la capital británica.
“Tuvimos un fantástico granizo británico, y viento y lluvia, pero vale la pena. Al final siempre merece la pena y creo que cuanto más difícil es, más gratificante”, aseguró Angie Hart, una canadiense de 51 años que viajó a Londres con su esposo y dos hijas para el evento.
“Siento verdadero respeto y amor por la reina, que ha trabajado incansablemente toda su vida. Y es el año del jubileo y, sinceramente, los británicos saben hacer ceremonias, la pompa y el boato, como nadie”, afirma.
Harry y Meghan
Fans como Hart esperan tener un buen punto de vista del célebre balcón de Buckingham, escaparate público de la monarquía desde hace siglo y medio, que ha visto desde coronaciones hasta bodas reales.
Esta vez, la reina decidió que solo salgan a saludar “los miembros de la familia real que llevan a cabo compromisos públicos oficiales en su nombre”. Serán 18, incluidos Carlos y su esposa Camila, su hijo mayor Guillermo, segundo en la línea sucesoria al trono de 39 años, la esposa de esta Catalina y sus tres hijos: Jorge de 8 años, Carlota de 7 y Luis de 4.
Quedarán fuera Andrés, de 62 años, apartado de la vida pública, y Enrique y Meghan que, sin embargo, viajaron el jueves al Reino Unido para participar en las celebraciones con sus hijos Archie, de 3 años, y Lilibet, quien el sábado cumple un año y aún no ha visto a su celebérrima bisabuela.
*Con información de AFP.