En medio de las tensiones que se viven en Europa por cuenta de un posible conflicto armado en Rusia, y a pesar de los esfuerzos diplomáticos por evitar las vías de hecho, los ejércitos ruso y bielorruso anunciaron el inicio de 10 días de ejercicios militares.
Los ejercicios ruso-bielorrusos “se desarrollan con el objetivo de prepararse para detener y repeler una agresión exterior como parte de una operación defensiva”, aseguró el ministerio de Defensa de Rusia en un comunicado.
El desplazamiento de soldados fue denunciado por Ucrania como un medio de “presión psicológica” del gobierno ruso, que ha concentrado desde noviembre más de 100.000 soldados en las fronteras de Ucrania.
“Creemos que la acumulación de tropas cerca de nuestras fronteras es un medio de presión psicológica de parte de nuestros vecinos”, declaró el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, citado en un comunicado de la presidencia.
Por su parte, Francia consideró que las maniobras son “un gesto de gran violencia” que “preocupa”. “Hay una gran cantidad de maniobras, particularmente en la frontera con Ucrania”, dijo el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, en la radio pública France Inter.
Rusia es acusada de estar dispuesta a llevar a cabo una nueva operación militar contra Ucrania, tras la anexión de Crimea en 2014, acusaciones rechazadas por el Kremlin, que dice querer garantizar su seguridad ante el comportamiento que considera hostil de Kiev y la OTAN.
En el plano diplomático, el canciller alemán, Olaf Scholz, recibirá este jueves en Berlín a los líderes de los países bálticos, antiguas repúblicas soviéticas miembros de la OTAN.
El primer ministro británico, Boris Johnson, quien anunció el envío del 350 soldados adicionales a Polonia como parte de una misión de la OTAN, se reunirá en Bruselas con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y luego viajará a Varsovia, mientras que su ministra de Relaciones Exteriores, Liz Truss, está en Moscú.
El ministerio ruso de Defensa indicó que los ejercicios militares se realizarán hasta el 20 de febrero en cinco campos militares, cuatro bases aéreas y “varios lugares” de Bielorrusia, particularmente en la región de Brest, fronteriza con Ucrania.
Los ejércitos ruso y bielorruso no han revelado la cantidad de soldados que participan en los ejercicios, pero Estados Unidos ha dicho que Rusia pensaba enviar 30.000 soldados a varias regiones de Bielorrusia.
En un comunicado de este jueves, el ejército ruso precisó solamente que fueron desplegados sistemas antiaéreos S-400 en la región de Brest.
Esfuerzos diplomáticos
Las tensiones han provocado una intensa gestión diplomática para buscar una salida a la crisis. El presidente francés, Emmanuel Macron, visitó Moscú el lunes y Kiev el martes.
Macron dijo haber recibido del presidente ruso, Vladimir Putin, garantías de que no sería el causante de una “escalada” mayor y de que las tropas rusas actualmente desplegadas en Bielorrusia partirán como estaba previsto una vez finalicen las maniobras.
“Ultimátums y amenazas no llevan a ningún lado”, pero “a muchos de nuestros colegas occidentales les encanta esta manera (de comunicar)”, dijo este jueves el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, en el inicio de su encuentro con Truss.
Además, la jefa de la diplomacia de Polonia -aliado de Ucrania-, Zbigniew Rau, se encuentra este jueves en Kiev para negociar.
En paralelo, el ejército ucraniano comenzó sus propios ejercicios en todo el territorio, incluyendo el uso de drones de combates turcos y misiles antitanques entregados por el Reino Unido y Estados Unidos.
En caso de ataque, los países occidentales han amenazado a Rusia con sanciones económicas mayores que se sumarán a las impuestas en 2004 tras la anexión de la península ucraniana de Crimea.
A esta anexión le siguió el inicio de un conflicto en el este de Ucrania entre el gobierno y los separatistas apoyados por Rusia, una guerra que se ha cobrado más de 13.000 vidas en ocho años, según la ONU, y que continúa a pesar de los acuerdos de paz de 2015.
Rusia niega que busque desestabilizar a su vecino pro-occidental y sostiene que solo quiere defenderse frente a la OTAN, a la que Ucrania quiere unirse.
Por ello, Rusia exige el fin de la política de ampliación de la OTAN, el compromiso de no desplegar armas ofensivas cerca de las fronteras rusas y la retirada de la infraestructura militar de la Alianza a las fronteras de 1997, es decir, antes de que la organización acogiera a los antiguos miembros del bloque soviético.
Estados Unidos, que ha enviado refuerzos militares a Europa del Este, rechazaron esas exigencias pero dejó la puerta abierta a discusiones sobre otras cuestiones, como el despliegue de misiles o la limitación recíproca de las maniobras militares.
*Con información de AFP