Una de las áreas en el estado de Nueva York más afectadas por el paso de la tormenta Ellie es Buffalo, una ciudad en las costas del lago Erie que ha intentado sobreponerse a la situación mientras el número de muertos incrementa, algo que ha hecho que las autoridades vayan casa por casa a asistir a los residentes de la zona.
En medio de la difícil situación que viven los ciudadanos de Buffalo, una historia sorprendente ha llamado la atención de los medios, se trata de la historia de Erica y Davon Tomas, una pareja que esperaba el nacimiento de su hijo el 24 de diciembre pasado.
Ambos tenían ya la fecha programada para el parto, pero todo cambió rápidamente cuando el día anterior, en horas de la noche, la mujer comenzó a sentir contracciones, algo que resultaba un inconveniente mayor en medio de la ola invernal que azota la ciudad y que no les dejaba opciones para movilizarse.
La nieve en plena tormenta invernal se había acumulado en la residencia de los Thomas, llegando a la mitad de la puerta principal, algo que le había ocurrido a la mayoría de vecinos de la zona.
Así registró la noticia The Buffalo News, un medio de comunicación de la ciudad: ““Buffalo se llama la Ciudad de los Buenos Vecinos por una buena razón”, dijo el nuevo padre Davon Thomas, luego del nacimiento poco convencional de su hija, Devynn”.
Fue ahí, en medio de la incertidumbre y los dolores de Erica, que su esposo decidió llamar al 911 para pedir ayuda, con la mala suerte de que los socorristas no pudieron ingresar a los alrededores de la casa y le había quedado imposible acercarse a donde estaba la mujer.
Cuando supo que no había más alternativas, el hombre contó a CNN que empezó a pensar en cómo podría traer a su hija a salvo al mundo de manera segura, con tan pocas herramientas y ningún conocimiento al respecto.
La primera opción viable que vio fue pedir ayuda a un amigo, quien publicó en su cuenta de Facebook el inconveniente por el que estaban pasando sus amigos y pidió ayuda en la red social.
Mensajes de diferentes usuarios fueron llegando a la bandeja de mensajes y la casilla de comentarios de la publicación, incluso compartiendo números de teléfono para buscar ayudar de alguna forma a los futuros padres.
Fue ahí cuando Raymonda Reynods, una asistente profesional para el trabajo de parto que tenía 5 años de experiencia, decidió brindarle a la pareja que buscaba ayuda en medio de la tormenta.
“Estoy tan feliz de que me hayan elegido, había mucha gente a la que podrían haber llamado”, dijo Reynolds a CNN.
El hombre se concentró completamente en lo que quería indicarle la experta, tratando de sacar el parto adelante por su cuenta, “Era una visión de túnel directa”, recordó Davon. “Me di cuenta de lo importante que era esto y todos los nervios desaparecieron”, dijo a la cadena de noticias norteamericana.
La solución más óptima en medio de la incertidumbre era hacer una videollamada entre ambos para lograr llevar a cabo el procedimiento de manera exitosa, incluso, Reynolds agregó en la conversación a una amiga enfermera que ayudó a proceder de manera efectiva con el parto y brindar más ayuda.
“¡El bebé se está coronando!”, dijo Érica mientras su esposo trataba de revisar el estado del infante con una linterna, seguido de una sensación de ardor y un gemido de pujo que le hacía prever que el bebé ya estaba naciendo.
“Comenzamos a gritar como si fuera un touchdown de los Buffalo Bills”, dijo Reynolds a CNN. “Fue lo más hermoso de lo que he sido parte”.
Como es usual en los nacimientos de los bebés, las doulas aconsejaron a los nuevos padres limpiar la boca y la nariz de Devynn Briel Tomas, el esperado bebé que nació el 24 de diciembre y pesó 9 onzas midiendo 20 pulgadas de largo.
“No podría haberlo hecho sin ellos”, dijo Davon, y agregó que él y su esposa estaban en estado de shock. “Fue muy reconfortante saber que estaban allí”.
Según el medio estadounidense, tanto la pareja de padres como las mujeres que ayudaron para que el parto saliera bien, quedaron en verse tan pronto la nieve se derrita y poder celebrar el inusual suceso de un nacimiento en medio de la ola invernal que ha cubierto gran parte de los Estados Unidos de un frío intenso.
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